El presidente de la Pontificia Academia para la vida (PAV), el arzobispo Vincenzo Paglia ha presentado en una audiencia con el Papa Francisco una guía de 88 páginas llamada, «Pequeño léxico del final de la vida». Este glosario aborda cuestiones de vital importancia para la bioética, lucha contra la «cultura del descarte» y reivindica el derecho a la vida. Pese a ser un tema ya abordado desde hace décadas no ha sido entendido como siempre. Muchos han llegado a interpretar en algunas de las frases la posibilidad de que la Iglesia hubiera cambiado de opinión sobre la cuestión de la eutanasia, así lo ha desmentido el propio Vicenzo Paglia.
La polémica
Debido a la complejidad del tema abordado en dicha guía, muchos medios han aprovechado la ocasión para divulgar un supuesto cambio de parecer en la opinión de la Iglesia sobre la eutanasia. Esta inesperada «apertura» de la que hablan, ha sido desmentida por el mismo Vicenzo Paglia: «La Iglesia reitera su total oposición a cualquier forma de eutanasia y suicidio asistido». La confusión vino a raíz de una de las frases del glosario que en el fondo no resultaban ninguna novedad sino que ya procedían del mismo Pio XII, quien en 1956, explicó que es lícito dar por finalizada la ventilación en caso de que existieran determinadas condiciones graves. Además en 2007, la Congregación para la Doctrina de la Fe explicaba que podrían interrumpirse o no iniciarse en caso de: «pesadez excesiva o molestias físicas importantes».
El paciente es lo más importante
Es necesario, explicaban, un análisis del paciente que requiere la participación de este. La Iglesia no ha cambiado de opinión, sino que invita a pensar sobre la obstinación terapéutica y el daño inhumano que puede suponer para el mismo paciente. La muerte se trata de una dimensión de la vida humana, no hay que forzar su llegada, pero tampoco retrasarla todo lo posible tratando de evitarla a toda costa, así lo explicaba Paglia:»Nunca debemos acortar la duración de la vida, pero tampoco debemos persistir en querer obstaculizar su curso de ninguna manera». Es necesario un acompañamiento adaptado a cada paciente y debemos concienciarnos de que esta etapa final de la vida humana no deja de ser un misterio que necesitamos contemplar acompañados sin olvidar la esperanza de que la muerte no tiene la última palabra
Zuleydy Márquez con información de RT