Un constante bote de aguas blancas en la carrera 33 con calle 15 de la parroquia Concepción del municipio Iribarren ha afectado la calidad de vida de quienes residen en la zona, sino que también plantea serios riesgos para la salud y la infraestructura local.
José Gregorio González, uno de los vecinos afectados, ha sido un vocero en la comunidad sobre las constantes afectaciones en su sector. Según él, «Tenemos 6 meses con esta problemática, cada vez que hay agua, se acumula acá en la calle 15». La acumulación de agua no solo limita el tránsito, sino que también crea un ambiente propicio para la proliferación de insectos, especialmente mosquitos, que son vectores de enfermedades como el dengue.
El impacto del agua estancada va más allá de la incomodidad diaria; también socaba las casas del sector. González advierte: «Esa agua está socabando las casas del sector», señalando cómo este problema puede llevar a daños estructurales graves. Las paredes húmedas, resultado del contacto constante con el agua, son una llamada de atención sobre la necesidad de acción inmediata. Muchas viviendas han comenzado a mostrar signos de deterioro, lo cual podría derivar en costos elevados de reparación o incluso en la pérdida de hogares.
La acumulación de agua no es solo un problema de infraestructura; también representa una amenaza significativa para la salud de los habitantes. Al hablar sobre las posibles consecuencias, González menciona: «El agua empozada trae muchas problemáticas como el dengue».
Los residentes de la carrera 33 y calle 15 hacen un fuerte llamado a las autoridades competentes, incluyendo Hidrolara, la Gobernación y la Alcaldía, para que “tomen cartas en el asunto”. La involucración de estas entidades es crucial, no solo para encontrar una solución al derrame de aguas blancas, sino también para implementar medidas preventivas que eviten que este tipo de problemas continúen afectando a la comunidad.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto