El futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes 18 de noviembre, que tiene previsto declarar el estado de emergencia nacional y utilizar al ejército para llevar a cabo una deportación masiva de migrantes.
«Buenas noticias: según algunos reportes, la próxima administración de Donald Trump está preparada para declarar el estado de emergencia nacional y utilizar recursos militares para luchar contra la invasión (permitida por el presidente Joe) Biden a través de un programa de expulsiones masivas», escribió Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, en la plataforma Truth Social del republicano.
El magnate, que asume el cargo el 20 de enero de 2025, respondió al mensaje con un «¡Es verdad!».
La guardia nacional es un cuerpo militar bajo el mando del gobernador de cada estado que puede ser convocada para la protección del país en caso de conflicto o desastre.
En abril, Trump declaró que esta fuerza «debería ser capaz» de hacerse cargo de las expulsiones de migrantes en situación irregular. «Si no es así, utilizaría el ejército», es decir, las tropas federales, declaró a Time.
Desde su victoria contundente en las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre, el republicano de 78 años ha dado pasos encaminados a aplicar las expulsiones masivas de migrantes, a quienes acusa de envenenar «la sangre» de Estados Unidos, de «infectar» el país, de comer mascotas, de ser «asesinos» y «salvajes», entre otros calificativos despectivos extremos.
Durante los últimos días, se apresuró a nombrar a Tom Homan como «zar de la frontera». No detalló en qué consistirá el trabajo de este antiguo director de la agencia encargada del control de la inmigración (ICE) durante su primer mandato pero el nombre del cargo habla por sí solo.
Homan es partidario de la política de mano dura en materia migratoria. Entre 2017 y 2018 supervisó una política que provocó la separación de 4.000 niños migrantes de sus padres.
En un discurso este año, Homan, quien contribuyó al Proyecto 2025 que sirvió de base para la propuesta conservadora de gobierno, abogó por un arrollador programa de deportaciones.
«Nadie está a salvo en la próxima administración», dijo en la Conferencia Nacional de Conservadurismo. «Si estás aquí de forma ilegal, será mejor que estés mirando para todos lados».
El presidente electo reforzó este nombramiento con otros dos halcones: Kristi Noem a la cabeza del departamento de Seguridad Interior, encargado de la protección de aduanas y fronteras y de la gestión de la migración, y Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
«Aseguraremos la frontera, y vamos a restaurar la seguridad de las comunidades estadounidenses para que las familias puedan tener de nuevo la oportunidad de perseguir el sueño americano», dijo Noem.
Las asociaciones de defensa de los derechos humanos están preocupadas por la suerte que pueden correr los más de 11 millones de migrantes en situación irregular en Estados Unidos.
Sería necesario emplear a decenas de miles de funcionarios para atender cientos de centros de detención y tribunales en todo el país, sostuvo el abogado de esta organización sin fines de lucro, lo que tendría un costo extraordinario y tomaría mucho tiempo. «Estimamos que tomaría más de una década (deportar a 13 millones de personas)», dijo a la AFP.
«Y eso es sólo asumiendo que el Congreso financie al gobierno en torno a cerca de un billón de dólares para ejecutar esas deportaciones masivas».
Rubén Conde con información de Noticia Al Día