Las autoridades del estado de Texas (EE.UU.) comenzaron este sábado la instalación de una cadena de boyas gigantes en el río Bravo, también conocido como río Grande, para obstaculizar la entrada de inmigrantes desde México.
Varios camiones cargados con decenas de boyas color naranja fueron vistos el viernes en el tramo de la frontera entre Eagle Pass y Piedras Negras, localidades frente a las que ha comenzado la instalación del nuevo ‘muro flotante’, reportaron medios mexicanos.
«Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina en el río Grande», tuiteó este sábado el gobernador local Greg Abbott, agregando que «los soldados de la Guardia Nacional de Texas desplegados en la operación Lone Star trabajan día y noche para mantener la línea contra la crisis fronteriza de Biden».
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La barrera flotante busca impedir el flujo descontrolado de migrantes y marca una nueva fase de la operación Lone Star, que incluye el despliegue de 20.000 miembros del personal militar de Texas y los contingentes de 13 estados republicanos para vigilar la frontera.
«Estamos garantizando la seguridad fronteriza», sostuvo Abbott el jueves pasado después de promulgar varias leyes que abordan el problema de flujos migratorios. «Estas boyas nos permitirán impedir que la gente ni siquiera llegue a la frontera», mencionó.
Entretanto, el propietario de un negocio a orillas del río Bravo demandó al estado de Texas por falta de derechos para regular la frontera internacional. La demanda busca detener la instalación de esta cadena de boyas valorada en millones de dólares y desafía toda la operación Lone Star. El abogado Carlos Flores, quien logró bloquear la construcción de unos 114 kilómetros del muro fronterizo de Trump en dos condados, está a cargo del caso.
La presidenta de la ONG Proyecto Derechos Civiles de Texas, Rochelle Garza, también considera que el gobernador se sale de sus competencias e incumple la Constitución de EE.UU. al interferir en temas de inmigración y fronteras, recoge Europa Press. Además, la mujer advierte que la instalación representa un peligro adicional para quienes cruzan el río nadando, mientras que «la gente ya corre el riesgo de ahogarse en el río Grande por las plantas, los restos y una corriente impredecible».
Con información de: Globovisión