En 1941, el epicentro de Maracaibo, la barriada El Saladillo, aún recordaba el impacto que causó la visita de Carlos Gardel seis años antes.
El tango y los boleros dominaban la escena musical, era el tiempo de las florecientes concesiones petroleras. En nuestra metrópolis-puerto circulaban revistas especializadas en literatura, filosofía, temas universales, economía.
Ese año 41, en ese ambiente citadino, nació Simón Udón, determinado por sus nombres; el primero en homenaje al guerrero libertario: Bolívar y el segundo inspirado en el bardo zuliano: Pérez. El alumbramiento se produjo en la calle Las Palomas de ese arrabal gaitero, el 24 de julio, mientras las orquestas se preparaban para tocar la retreta en la plaza en honor al Padre de la Patria.
Dos décadas después afloró el talento del joven saladillero para la lírica y la melodía. Simón comenzaría su andadura por la gaita y sus escenarios. Se inició con el conjunto Los Tigres, donde fue líder compositor y solista.
En el año 1966 entró a los Cardenales del Éxito, la divisa fundada por Ricardo Aguirre.
En 1975 integró las filas de Guaco, marca su historia junto a Ricardo Portillo, la joven agrupación tenía trece años de fundada por los hermanos Aguado León; allí marcó una importante etapa evolutiva de ese proyecto musical.
En Guaco compone y consigue el éxito con temas como “Guacosonsito”, “María la bollera”, “Juventud”, “Gaita siempre serás gaita”, “Paroxismo”, hasta su salida en el año 1979.
Entró a La Universidad de la Gaita en 1980, allí comparte con sus antiguos compañeros ex-Cardenales: Ricardo Cepeda le graba los temas “Mi Solución” y “Bandera Sonora”. En 1981 se une a los músicos vanguardistas e innovadores de La Nueva Generación, allí suenan sus temas como “Cada vez que sale el sol” y “Delirio sobre el Chimborazo”.
La dupla Portillo-García le da un perfil profesional exitoso a esa divisa.
En 1986 Chichilo Urribarrí lo convoca para formar parte de Cardenales del Éxito reagrupados, con Astolfo Romero como director, allí hace equipo con Ricardo Cepeda, Ricardo Portillo, Chavín, Carlos González, Marvín González, Danelo Badel, Daniel Méndez, Chuchito Ibarra, Antonio Aguillón, Douglas Soto, Renato Aguirre, Ramón Romero y otros veteranos del género.
En ese periplo Simón García deja una sarta de temas que se han convertido en clásicos del folclor, en ellos destaca la lírica nostálgica, su temática rememorativa: “Como un extraño”, “Mi Nostalgia”, “Mi Ruego”, “La Piragua”. Sin embargo Simón compuso parrandas muy alegres como “El Negrito”, “La Bella del Tamunangue” y “El Borracho”.
Realizó el mayor homenaje a la figura de Ricardo Aguirre con “Eterno Amigo” de 1978 interpretado magistralmente por Argenis Carruyo. Y es que Ricardo Aguirre “El Monumental”, quien fue sujeto de su afecto, le grabó en 1968 “Soberbia Gaitera” con el Conjunto Saladillo, gaita icónica en su carrera:
“Salvemos la tradición
la gaita hay que defender
pues la puede hacer perder
la innovación”.
En su cuarto verso nos dice:
“Nuestra gaita es un tesoro
están linda, tan divina
es la guía cantarina
de los cantares sonoros”.
Dentro del estilo romántico tiene éxitos como “La Moza” grabada por Betulio Medina, que luego le hizo una importante versión “El Puma” José Luis Rodríguez, que la hizo sonar en Europa y América. También su gaita “Prométeme” que cantó Chavín en el álbum de El Trabuco Gaitero con arreglos de Douglas Isea y el clásico “Paroxismo” con Guaco en 1979, de temática erótica, son éxitos históricos. Además compuso danzas, valses y pasodobles, uno de esos cantado por Memo Morales “el gitano-maracucho”, dedicado a la Virgen de Chiquinquirá.
Ese gigante de la composición y del humor, logró notoriedad con los álbumes de chistes con Guaco en la década de los setenta, y con el programa televisivo “A la Jaiba” por NCTV a principio del decenio de los ochenta. La vigencia de su repertorio lo confirma su tema inmortal “Mi Nostalgia” de múltiples versiones, elegida como una de “Las Gaitas del Siglo”:
“Maracaibo tierra amada
desde que de ti salí
a cada instante te añoro
me paso el tiempo pensando en ti
y en mi vibra la esperanza
que a ti voy a regresar
y es por eso que me paso
cantando siempre para olvidar.
Volvió diciembre, luces, parranderos
y el viento juega cantando gaitas.”
(“Mi Nostalgia”, 1973).
Cada 24 de julio recordamos su nacimiento, es un honor escuchar a quien fuera su mejor amigo, Ricardo Portillo hablando en mi programa Sabor Gaitero sobre la importancia de la obra de Simón Udón García Luzardo, oírlo cantar sus versos. Es sin duda, un referente muy importante de la gaita, a él debemos recordarlo regrabando sus composiciones, realizando especiales en la radio con su extensa obra.
El autor Simón García le dio una sonoridad especial a nuestra capital, a la que llegó a describir a finales de la década de los ochenta como “una ciudad bombardeada”:
“Yo amé tus calles tranquilas
tus casas multicolores,
tus fiestas de verseadores
ya nada de eso se estila.
El carnaval se ha olvidado
las verbenas, las retretas
gaitas ya nadie interpreta
¡oh dios! cómo te han cambiado.”
(Cardenales del Éxito, 1986).
El 20 de octubre del 2008 murió rodeado del amor de su esposa Arminda y sus cuatro hijos, circundado por las añoranzas a las que siempre le cantó. Sus últimos años de vida estuvo sumido en un silencio absoluto, una especie de afasia.
Han pasados varios años desde su partida, pero hoy celebro su legado, su aporte, su ingenio popular, la cosecha que produjo su inmenso talento.
Su tránsito vital de 67 años, marcó un tiempo mágico para la gaita, un encantamiento que vive en la piel de sus letras.
León Magno Montiel
@leonmagnom