A medida que nos acercamos al final del 2024, todos comienzan a ajustar sus planes para recibir el Año Nuevo 2025. En Venezuela, una de las tradiciones más queridas y llenas de color es la compra de ropa interior amarilla para utilizar en la noche del 31 de diciembre.
El amarillo no es solo un color; es un símbolo cargado de significados profundos y esperanzas. Se asocia con el sol, la luz y la energía positiva, lo que lo convierte en un tono propicio para iniciar un nuevo ciclo. En el contexto del Año Nuevo, el amarillo representa el anhelo de prosperidad, riqueza y abundancia. Es una forma en que las personas abrazan la idea de que cada año trae consigo nuevas oportunidades y la posibilidad de mejorar nuestras circunstancias.
Se dice que esta prenda tiene el poder de atraer la fortuna y la prosperidad, lo que la convierte en algo imprescindible para muchos. Incluso, algunos sostienen que ponerse la ropa al revés da un impulso adicional a su efecto ‘mágico’.
La demanda por ropa interior amarilla en Barquisimeto
La ciudad de Barquisimeto es testigo de un fenómeno único cada fin de año, donde las ventas de ropa interior amarilla en tiendas o mercados populares se disparan. Esta tradición ha sido adoptada por generaciones, y cada vez que se acerca el 31 de diciembre, se observa una emocionante fiebre por adquirir el color que representa las promesas de prosperidad.
En un reciente recorrido, el equipo de Noticias Barquisimeto pudo conocer los precios de estas prendas: Las pantys las consigues desde 4$ hasta los 6$, calculados a la tasa preferencial del Banco Central de Venezuela (BCV), mientras que para las más atrevidas, los hilos están disponibles desde 5$. Además, los caballeros también tienen opciones, encontrando bóxers a partir de 6$.
«Uso pantys amarillas cada 31 de diciembre, es una tradición para mí. Creo que me trae mucha abundancia», afirma Stefany Orozco. Para ella, estas pequeñas acciones son fundamentales para comenzar el año con buen pie.
«Para despedir el año siempre tengo puesta mi ropa interior amarilla, no hay un año que no la use», comenta Lissette Colmenárez, demostrando que esta costumbre ha llegado a ser sagrada para muchos.
«Siempre las he usado, desde muy niña me han inculcado esta tradición en mi familia», asegura Sinai Abreu, reflejando cómo la cultura y la familia juegan un papel crucial en la perpetuación de estas prácticas.
Así que este 31 de diciembre, si decides sumarte a esta tradición, recuerda que detrás de cada prenda amarilla hay un deseo de prosperidad que resuena en los corazones de quienes lo llevan.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto