Refugiados venezolanos en Trinidad y Tobago ya tienen acceso a la educación

Cuando Astrid Saavedra, una refugiada venezolana de once años, entró en su aula de cuarto grado en Trinidad y Tobago para su primer día de escuela en septiembre, estaba ansiosa por comenzar las lecciones de su materia favorita, matemáticas. Pero la perspectiva de enseñar a sus compañeros de estudios sobre su tierra natal, Venezuela, era igualmente emocionante.

Astrid es una de las primeras niñas refugiadas e inmigrantes de Venezuela a las que se les permitió ingresar al sistema nacional de educación pública de Trinidad, luego de un cambio en las reglas de inmigración del país.

Astrid formó parte del primer grupo de 60 niños que cumplieron con los criterios de admisión, que incluían la posesión de un certificado de nacimiento y un registro de vacunación traducidos y certificados, y que se les asignara una escuela, lo que marca un hito importante en el cumplimiento del compromiso de Trinidad y Tobago de cumplir plenamente con sus obligaciones en virtud de la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional de derechos humanos de la ONU.

“Estos jóvenes, si se quedan en Trinidad y Tobago, estarán adecuadamente preparados para ingresar a la fuerza laboral de este país, llenando vacíos en el mercado laboral y contribuyendo a la innovación y la sostenibilidad”, afirmó Desery Jordan-Whiskey, funcionaria de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). “También es una oportunidad para que estos niños, que en su mayoría hablan español, contribuyan tanto como ganarían, al ayudar a sus compañeros a aprender un segundo idioma”.

Una inversión en el futuro

Los cambios en la legislación que permitieron que niños como Astrid fueran a la escuela se produjeron en julio de 2023, durante una reunión de oficiales de la ONU, en la que el ministro de Asuntos Exteriores de Trinidad anunció oficialmente la decisión del Gobierno.

Los organismos de la ONU coinciden en que el derecho a recibir una educación es un ejemplo de la forma en que los derechos humanos se superponen con el desarrollo sostenible.

“Abogar por el acceso a la educación es clave para cerrar la brecha entre las necesidades humanitarias inmediatas y los objetivos de desarrollo a largo plazo”, dijo Amanda Solano, directora en Trinidad y Tobago de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). “Al brindar educación a los niños refugiados y migrantes, no solo estamos satisfaciendo sus necesidades inmediatas, sino que estamos invirtiendo en su futuro y en el futuro de Trinidad y Tobago”, añadió.

Más de 2000 niños refugiados y migrantes siguen excluidos del sistema escolar en ese país. La ONU ha hecho esfuerzos para brindarles oportunidades de aprendizaje alternativas o para ubicarlos en escuelas privadas, pero ha expresado su preferencia por una admisión más amplia al sistema escolar público.

Un comité de agencias y socios de la ONU, el Grupo de Trabajo de Educación, está trabajando con el gobierno de Trinidad y Tobago para comprender mejor la capacitación y el apoyo logístico que se requeriría su sistema educativo para acomodar a un mayor número de niños refugiados y migrantes en las escuelas locales.

La esperanza es que muchos más estudiantes como Astrid puedan ingresar a las aulas del país para comenzar el año académico 2025-2026.

Apoyo de la ONU a la educación en Trinidad y Tobago

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y ACNUR trabajan con socios para ofrecer espacios informales aptos para niños, donde los niños pueden acceder al aprendizaje mientras esperan una plaza en el sistema escolar nacional.

El Grupo de Trabajo de Educación está ayudando con las pruebas iniciales de competencia en inglés, facilitadas por la Fundación Panamericana para el Desarrollo en colaboración con la Universidad de las Indias Occidentales.

Los miembros del Grupo de Trabaja de Educación han coordinado esfuerzos para reducir la presión económica y permitir que los estudiantes se concentren en el aprendizaje y el progreso. ACNUR proporcionó útiles escolares y mochilas, la Fundación Panamericana ofreció acceso a libros de texto y otros útiles escolares, y UNICEF desembolsó subvenciones para apoyar cualquier necesidad no satisfecha, incluidos uniformes, libros de texto y transporte.

A través del Programa de Desarrollo de Héroes, la Fundación Panamericana y su socio, la Fundación Héroes, también brindan desarrollo de habilidades de vida complementarias y apoyo educativo alternativo para niños y jóvenes que no pueden acceder a escuelas formales en Trinidad y Tobago.

Información de: Nota de Prensa