“Yo lo digo: proyecto extremo fascista o proyecto bolivariano democrático”. Las dos opciones fueron presentadas por el presidente Nicolás Maduro durante el cierre de campaña electoral en Barcelona (Anzoátegui) el pasado 22 de julio. Cuatro meses después de esa alerta, el ministro de Interiores Diosdado Cabello daba unas pinceladas de ese “proyecto extremo fascista”. Lo hizo en el Foro Parlamentario Antifascista Mundial celebrado entre el 4 y 5 de noviembre en el Centro de Convenciones de La Carlota.
Cabello iba diciendo las características de ese “proyecto extremo” para que los parlamentarios presentes se miren en ese espejo. “El fascismo sí está unido’’, dijo el ministro, quien alertó que los principales actores políticos que navegan en esa corriente “se comunican y articulan estrategias’’. Estrategias que no se quedan en papeles a decir de Cabello, porque “cuando apuntan hacia un pueblo descargan toda su fuerza contra ese pueblo”.
En su disertación, Cabello siguió con su descripción al decir que el fascismo “tiene mucha plata’’. Justamente, a comienzos de este año, informes de inteligencia delataban a Elon Musk, el magnate de triple nacionalidad (sudafricano, estadounidense y canadiense) como el principal financista de Edmundo González (más de 1 millón de dólares), uno de los nueve contendores que inscribió la oposición para las presidenciales.
Incluso el dueño de la red social X, además de postear videos en apoyo a María Corina Machado y Edmundo González, se presentaba como si él fuera el verdadero candidato presidencial. “Si yo gano, él dimite como dictador de Venezuela. Si él gana, le regalo un viaje gratis a Marte”, llegó a escribir.
Al develarse públicamente el apoyo de Musk a González, Maduro enumeró los factores detrás del “proyecto extremo fascista’’, agrupados en cuatro patas: “El imperialismo estadounidense, la derecha internacional, el narcotráfico colombiano y Elon Musk”. Por eso Cabello decía en el foro de La Carlota que a los integrantes de esa corriente fascista “no les importa absolutamente nada” porque “tienen mucha plata, medios de comunicación’’.
Otra de las señales del fascismo, alertadas por Cabello, es la habilidad que tiene esa corriente para cambiar y adaptarse a las circunstancias de los países, con tal de insertarse en las sociedades. “El fascismo muta; a veces se pone uniforme militar, pero otras veces se pone una sotana’’, advirtió el ministro, quien añadió que el fascismo “trata de camuflarse entre el pueblo hasta tomar forma y cuando toma forma a veces es demasiado tarde’’.
Cabello cerró el punto diciendo que en Venezuela le dieron un golpe al fascismo el domingo 28 de julio, día de las elecciones presidenciales que arrojaron como vencedor al candidato Nicolás Maduro.
Las 27 muertes
Precisamente, luego de esos comicios, ocurrieron hechos de violencia que Cabello califica como expresiones del fascismo. Las cifras del Ministerio Público hablan de 27 asesinados por grupos de encapuchados que se desplazaban a pie o en moto para llegar a los focos que tomaron calles, avenidas, incendiando cauchos, carros y destrozando locales.
La mayor cantidad de muertes se produjo en el estado Aragua, concretamente cuando un grupo de sujetos intentaron asaltar la Brigada de Paracaidistas, ubicada en San Jacinto, Maracay. Allí murieron seis personas abaleadas, entre ellas el sargento 1° de la Guardia Nacional Bolivariana, José Antonio Torrents Blanca (26), quien acudió para ayudar a contener al grupo violento que atacaba el establecimiento militar.
“Grupos terroristas realizaron disparos contra los funcionarios; Torrents recibió uno en el cuello que le causó la muerte”, informó en su momento el fiscal general Tarek William Saab, quien precisó que el autor material de ese crimen es Reiner José Márquez Velásquez, el cual fue identificado a través de Rastrean a 15 prófugos del plan desestabilizador un video y está detenido. La mayoría de los fallecidos presentaban disparos en espalda y cabeza.
Muchas de las acciones violentas estuvieron comandadas por cabecillas de bandas que no estaban en Venezuela y fueron enviados para esa tarea específica, como Héctor Guerrero
Flores (Niño Guerrero), según lo revelado por el presidente Maduro. “Primero sacaron el decreto declarándolo terrorista y (luego) le dijeron ‘vas a Venezuela, haces esto, para que te salves’’’, comentó Maduro el pasado 31 de julio desde Miraflores donde ofreció una rueda de prensa a corresponsales de medios internacionales.
En esa conferencia de prensa, el jefe de Estado también señaló a Wilexis Acevedo Monasterios (el Wilexis) como el activador de la violencia con fines políticos. Lo describió como el “líder indiscutible de los comanditos en Petare’’, aludiendo a esas estructuras creadas por Machado.
El jefe de Estado ha dicho que esas estructuras denominadas “comanditos’’ son la expresión más acabada del fascismo y punta de lanza de un golpe de Estado en desarrollo.
“Estamos enfrentando un golpe de Estado ciberfascista y criminal’’, expresó Maduro el pasado 4 de agosto al encabezar el acto central de los 87 años de creación de la GNB celebrado en los espacios abiertos del Ministerio de la Defensa, desde donde apuntó que el odio es el principal ingrediente del rebrote fascista.
“Un golpe de Estado imperialista, que tiene características fascistas, lleno de odio contra las instituciones’’, describió el mandatario nacional frente a oficiales de la GNB, entre quienes se encontraban varios que resultaron heridos al atajar las acciones violentas en localidades de Venezuela después que Machado desconociera los resultados de las presidenciales.
En ese acto Maduro explicó que calificó de “ciberfascista’’ el develado golpe de Estado “porque estamos recibiendo el ataque cibernético por todas las redes sociales para llenar de odio y dividir a Venezuela’’. Y abundó en el componente fascista “porque es su característica principal: el odio, la violencia, la irracionalidad’’. Y criminal “porque ha tenido un grupo importante de criminales entrenados en el exterior, tarifados y comprados aquí para atacar hospitales, escuelas, universidades, módulos de protección’’.
Precisamente, un mes después de esa declaración del primer mandatario, el ministro Diosdado Cabello informó sobre la captura en Zulia, Amazonas y Aragua, de una serie de extranjeros que estaban en el país desde antes de las elecciones planificando hechos violentos dirigidos por grupos de extrema derecha, según las investigaciones basadas mayormente en los testimonios de los capturados.
En dos ocasiones, Cabello ha comparecido ante los medios de comunicación para ofrecer detalles de ese plan, los detenidos y la incautación de 541 armas de fabricación estadounidense que ingresaron al país bajo otras presentaciones, por ejemplo, en comida para perros. Interpol confirmó que esas armas ingresaron ilegalmente a Venezuela, según comunicación.
Por esos planes suman 67 detenidos y están prófugos 15 personas. Entre los detenidos figuran 29 venezolanos y 17 extranjeros, donde se cuentan siete estadounidenses, dos españoles, un checo, un libanés, un peruano y tres colombianos, según los datos presentados por Cabello.
El sábado 14 de septiembre pasado, fue la primera comparecencia pública del ministro de Interiores exhibiendo parte de los fusiles incautados. “Estos fusiles eran para hechos terroristas que iban a ocurrir aquí en Venezuela; terrorismo promovido por sectores políticos’’, explicó Cabello, quien señaló a Iván Simonovis como el responsable del tráfico de esas armas, teniendo de enlaces a María Corina Machado, Juan Pablo Guanipa, Carlos
Vecchio y Julio Borges. Ataque a los servicios de agua, luz, transporte y jaqueo a los sistemas de organismos del Estado, era el catálogo de acciones, desglosó Cabello, quien agregó que esos planes se planifican desde Ecuador, Estados Unidos y España.
Una de esas primeras acciones sería el lanzamiento de granadas hacia la sede de la embajada de Argentina, donde se encuentran unos venezolanos pertenecientes a la estructura política de María Corina Machado. “Si era atacada la embajada argentina, donde están unos señores de la oposición, era inmediato que a quien iban a culpar era al Gobierno de Venezuela’’, adelantó Cabello, quien anunció la captura de los ligados al frustrado ataque.
El capítulo de la embajada argentina formaba parte de un plan más integral que recuerda a los esbozados por los voceros estadounidenses, cuyo acento principal está en caotizar a Venezuela, hacerla ingobernable, tan insostenible que obligue a una dimisión del presidente Maduro, tal como lo sugirió María Corina Machado.
“Rodear al secuestrador como se hacen cuando se tiene un secuestro con rehenes prolongados. Le cortas el agua, le cortas la luz, le cortas las armas, le cortas la plata y entonces cuando el secuestrador ve que cada día que pasa su situación se deteriora y que está rodeado, entonces es el secuestrado el que tiene incentivos para negociar”, dijo al canal Ewtv.
Al parecer, ese plan lo venía a ejecutar en Venezuela Josep Castañeda, el militar activo estadounidense capturado en un hotel de La Victoria (Aragua). Los componentes de ese plan se comunicaban por grupos de Whatsapp con nombres religiosos, como la Iglesia Cristiana Bajo Tu Enseñanza y Amemos al Señor; ello haciendo patente una de las características del fascismo descrita por Cabello: camuflarse. “Estados Unidos sabe ejecutar operaciones de desestabilización’’, concluyó Cabello.
La proyección de esos planes destinados al derrocamiento de Maduro por la vía violenta siguen en pie, independientemente del cambio de mando en la Casa Blanca ocurrido el pasado 5 de noviembre con el triunfo de Donald Trump. No en vano, a los dos días de ese evento, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, alertó que “se preparan nuevas acciones desde diversos organismos internacionales que sirven a los intereses de transnacionales”.
Jáker y Mercenarios
La Central de Inteligencia Americana (CIA) está al frente de la operación contra Venezuela, de acuerdo a lo informado el pasado 14 de septiembre por Diosdado Cabello, quien también vinculó al Centro Nacional de Inteligencia de España con los mencionados planes que buscan derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Aaron Barrett Logan y David Estrella, dos de los siete estadounidenses capturados, confesaron a los organismos de inteligencia venezolanos que ellos estaban buscando a un grupo de mercenarios para traerlos y que procedieran al asesinato del presidente Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el ministro Cabello y dirigentes del chavismo.
Las pistas sobre los planes para generar violencia fueron obtenidos en dos cárceles. Una de ellas es el Centro Penitenciario de la Región Oriental ubicado en El Dorado, donde está recluido José Miguel Estrada González pagando condena de 30 años de prisión por el magnicidio en grado de frustración ejecutado contra el presidente Nicolás Maduro el 4 de agosto de 2018 en la avenida Bolívar de Caracas. En los celulares de Estrada se consiguieron varios grupos de Whatsapp con implicados en los mencionados planes de violencia, según lo informado por Diosdado Cabello. Entre lunes 4 y martes 5 de noviembre
el Gobierno intervino la cárcel de El Dorado y trasladó a toda su población reclusa incluyendo a sus 17 pranes.
A raíz de las experticias a los celulares, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvo en Zulia a Nudre Javier Chourio Navas, Reni Regino González García, Manuel Alejandro Bohórquez y Roberto Antonio Alvarado Primera.
El Rodeo II fue la otra cárcel donde recabaron pistas, proporcionadas en ese caso por Luis Humberto Yánez Martínez, quien reveló la vinculación del exdiputado Gilbert Caro con todo
el plan que se gestaba, uno de cuyos capítulos era liberar a determinada cantidad de privados de libertad y proveerlos de armamento para suscitar los hechos de violencia en varias partes del país. Para ello ya estaban captados 14 pranes en diversas cárceles.
El pasado 17 de octubre el ministro Cabello informó sobre un nuevo lote de personas implicadas en el plan violento cuyo fin es el desplazamiento del presidente Maduro. En esa
ocasión habló de 19 nuevos detenidos, incluyendo a 4 estadounidenses, entre quienes figura Gregory David Weber, acusado de jaquear instituciones del Estado como el BCV, entre otros.
Zuleydy Márquez con informacion de Globovisión