La primera ministra Sheikh Hasina se encamina a un cuarto mandato consecutivo y que sería el quinto en su carrera política. Su partido obtuvo al menos la mitad de los escaños tras el boicot de la oposición.
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La líder ha presidido un gran crecimiento económico en un país desolado por la pobreza, pero su Gobierno ha sido acusado de violaciones a los derechos humanos y una implacable represión a la oposición.
Hasina
La primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, de 76 años, ha obtenido un cuarto mandato consecutivo en el poder, ha informado este lunes la comisión electoral del país, al lograr su partido, el gobernante Liga Awami, casi el 75% de los escaños en liza en las elecciones generales celebradas este domingo.
Los comicios estuvieron marcados por el boicot de la principal formación de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladés (BNP, por sus siglas en inglés), y por la baja participación en la cita electoral.
Resultados
Según los resultados preliminares publicados por la Comisión Electoral, la Liga Awami ha obtenido 223 escaños de un total de 298, unos resultados deslucidos por una abstención que ronda el 60% del electorado. En el momento del cierre de las urnas, la participación ascendía solo al 40% de los electores, según afirmó el jefe de la comisión electoral, Kazi Habibul Awal.
En los comicios precedentes, en 2018, en los que sí participó la principal formación opositora, ese porcentaje de afluencia a las urnas se situó en el 80%. El BNP había llamado a la abstención después de que Hasina rechazara su petición de que dimitiera y de que consintiera que una autoridad neutral supervisara la celebración de las elecciones.
Cuarto mandato
Hija de Sheikh Mujibur Rahman, considerado el padre fundador de Bangladés —asesinado en un golpe del ejército en 1975 junto con la mayoría de los miembros de la familia— Hasina, de 76 años, se convirtió en primera ministra en 1996.
Tras su victoria de este domingo, empezará ahora su quinto mandato, el cuarto consecutivo. Desde 2009 no ha abandonado nunca el poder en ese país asiático de alrededor de 170 millones de habitantes.
En sus últimos 15 años como primera ministra se le ha atribuido el mérito de haber dado un giro a la economía y a la enorme industria textil del país, al tiempo que se ha ganado el elogio internacional por acoger a los musulmanes rohinyás, que huyen de la persecución en la vecina Myanmar.
Sus críticos la acusan, sin embargo, de autoritarismo, violaciones de derechos humanos, represión de la libertad de expresión y de la disidencia. Su partido, la Liga Awami, prácticamente no tenía rivales en los distritos electorales en los que participa. Pero en algunos de ellos no presentó candidatos, una estrategia que se interpreta como una forma de evitar que el Parlamento unicameral sea visto como el instrumento de un partido único.
Agencias