Postres de Semana Santa: Una delicia venezolana rica en sabor e historia

Durante la Semana Santa, una de las tradiciones que más le gusta al venezolano, y en especial al larense, es la preparación de dulces y postres relacionados a la semana mayor, lo que representa todo un deleite para el paladar de muchos, quienes en familia se reúnen para compartir estos manjares, ricos no solo en sabor, sino que también en historia.

Postres tales como el majarete, las conservas de coco, arroz con leche, mazamorra, buñuelos y dulce de lechosa, son algunos de las tantas delicias, que a lo largo de los años, se han convertido en parte de la tradición más importante de la religión católica en nuestras fronteras, lo que ha traspasado generación por generación en las familias venezolanas.

Como es el caso de Roberto Conde Santeliz, padre de 6, y abuelo de 8 guaritos, oriundo del pueblo de Aguada Grande, en el municipio Urdaneta, relata como su madre Ilda Santeliz, desde muy pequeños le inculcó a el y sus hermanos la preparación de los dulces durante la Semana Santa, lo que a día de hoy permite que la tradición familiar continúe, compartiendo entre todos los hermanos las recetas de estos deliciosos postres.

El señor Roberto, comentó que su madre arrancaba la preparación de los mencionados postres desde el miércoles de ceniza, cuando comenzaba haciendo la Mazamorra, un dulce hecho a base de maíz jojoto, papelón, leche de vaca recién hervida, y algunas especias, todo preparado bajo bajo el fuego de la leña, lo que a su juicio le daba un sabor especial al postre.

Mazamorra

Junto con la mazamorra, también destaca las deliciosas conservas de coco hechas con leche de cabra, y un exquisito arroz con leche, el cual le añaden un toque de sal al gusto, los buñuelos de yuca, infaltables en esta semana santa, además de los dulces de lechosa, realizados con esta fruta «entre verde y pintona», y el dulce de batata.

Destaca también la chicha de maíz, la cual es preparada con maíz blanco, azúcar y especies, dejándola fermentarse por tres días, para posteriormente servir, con un sabor «inimaginable».

Estos dulces, según comentó se preparaban todos los viernes de cuaresma, hasta la llegada del viernes de concilio, ahí su madre cocinaba a diario los dulces para repartir entre familia y allegados, quienes acudían a su humilde hogar en la semana santa, pues la estadía resultaba muy agradable, principalmente por los postres y el cariño que le ponían a cada uno de estos, lo que considera, era el ingrediente secreto para conseguir un sabor único, del cual asegura, cada hogar larense tiene durante esta semana de unión y fe.

Rubén Conde/Noticias Barquisimeto