Cruzar el umbral, ir más allá. La Navidad de este año abre de par en par sus puertas al Jubileo de la Esperanza. Este día, en el que el mundo acoge el nacimiento del Salvador, es la primicia del misterio central de la salvación y culmina con la pasión, muerte y resurrección de Jesús. La Nochebuena está profundamente vinculada a la Vigilia Pascual y, como nos recuerdan también algunos iconos de la Natividad, en la tradición oriental se representa al Niño Jesús envuelto en pañales y depositado en un pesebre con forma de sepulcro. En el día en que se abre el Año Santo de 2025, el vínculo entre Navidad y Pascua centra el post de la cuenta X @Pontifex. «La Puerta Santa que se abre en la noche de Navidad», escribe el Papa Francisco, “es una invitación cumplir un pasaje, una pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo”.
Una puerta para abrir
La Pascua es un pasaje. Para los cristianos es el camino hacia una vida nueva, hacia la salvación. El Jubileo es también una puerta que hay que abrir. Un umbral que cruzar en el surco del perdón. La apertura de la Puerta Santa, signo del pasaje abierto por Cristo, es por tanto el comienzo del Año Santo. La abrió por primera vez el Papa Martín V, en el Jubileo Extraordinario de 1423, para entrar en la Basílica de Letrán. Después fue el Papa Alejandro VI quien abrió por primera vez la Puerta Santa en la Basílica Vaticana en la Navidad de 1499. El rito permaneció prácticamente inalterado a lo largo de los siglos hasta el Año Santo de 2000. Ya en 1983, con ocasión del Jubileo Extraordinario de la Redención, la retirada del muro de ladrillo fue sustituida por la apertura de las dos puertas de bronce.
Francisco abre la Puerta Santa
La celebración de esta noche forma parte del camino jubilar que comenzó en 1300 a instancias del Papa Bonifacio VIII. El Papa Francisco preside el rito de la apertura de la Puerta Santa y la Misa en la noche de la Solemnidad de la Natividad del Señor. Las imágenes, retransmitidas en todo el mundo, compondrán una secuencia de momentos que quedarán grabados en la historia. Son los momentos en los que el Papa Francisco se acerca a la Puerta Santa. Después, el Pontífice abre la Puerta en silencio. El Papa hace una pausa en oración. Suenan las campanas de la Basílica de San Pedro. Después de Francisco, pasan por la Puerta Santa cardenales, obispos y algunos representantes del pueblo de Dios de los cinco continentes. En este Jubileo de la Esperanza, el paso del pueblo de Dios por el umbral de la Puerta Santa envía un mensaje de paz y renovación para toda la humanidad.
Información de: Nota de Prensa