Cumplimos un año más de los eventos del 4 de Febrero, lo que hemos llamado el “Día de la dignidad de Venezuela”, lo que hemos insistido en decir que es el inicio de una nueva era, de una nueva época para nuestro país, para Venezuela. Igual vamos a oír las repetidas afirmaciones de quienes no están de acuerdo, quienes sienten que se desató a partir de ese momento una historia que no les conviene, que no es buena para ellos, y vamos a tener la discusión y el debate que siempre es necesario alrededor de los asuntos de la vida humana y de este evento especialmente importante.
La semana pasada escribí un poco sobre este tema. «Regresé a Yare». Regresar y vivenciar otra vez lo que vivimos, lo que sentimos en aquel momento y escribía también sobre el ideal. Posiblemente el más importante motivador de vida, especialmente necesario en aquellas circunstancias tan difíciles y duras. Las razones que nos motivaron para la acción y lo que sentíamos estando tras aquella ocasión en rejas, en ese espacio, en esa cárcel.
Resultaría un ejercicio vano, inútil, quedarnos sólo en recordar o sencillamente aprovechar el día para desempolvar y ponernos otra vez el uniforme, la boina y el brazalete tricolor, para gritar las consignas de aquel entonces.
Nos resulta urgente además del recuerdo, que siempre es válido, el análisis de lo que ocurrido al país, a nuestra gente y contrastarlo con los propósitos de entonces y con hechos, con lo que hacemos por el bien común, desde la gran responsabilidad que significa el ejercicio del servicio público desde el poder político.
A todos, a cada uno de los que estamos en esta función de gobierno, a los que nos decimos bolivarianos que creemos en la en la redención social, en la igualdad, que creemos en la justicia social, a los que acompañamos los ideales del 4 de Febrero y militamos en ella, nos corresponde en cualquier espacio, dentro o fuera del gobierno, analizarnos, revisarnos en torno a lo que hacemos diariamente, de cómo lo hacemos, de nuestras intenciones, nuestros propósitos, nuestros ideales Se requiere también una metodología que para el colectivo, le corresponde fundamentalmente al Partido Socialista Unido de Venezuela, algo como lo que decía en algún momento el compañero Hugo Rafael Chávez Frías las tres “r”: la revisión, la revisión profunda, la rectificación, el relanzamiento de nuestros propósitos; eso nos toca, y a eso es que nos llama este 4 de febrero, a revisar si somos eficaces de verdad, si somos audaces de verdad en la búsqueda del interés colectivo y si somos auténticos en la ética de la ética ciudadana, en la ética de vida y si estamos dando los resultados que la gente espera para atar nuestro propósito, nuestro accionar, con el interés del colectivo y para amarrarnos todos juntos, en torno al propósito original del 4 de Febrero de 1992.
Francisco Arias Cárdenas