Oppenheimer «¿Una historia sobre el dilema ético de las armas nucleares que recauda US$1.000 millones?», bromeó el actor Robert Downey Jr. cuando ganó su Globo de Oro al mejor actor de reparto en la película que probablemente gane el Oscar 2024.
Leer también: Real Madrid podría abrir una academia de fútbol en Barquisimeto
Sin embargo, la epopeya sobre el padre de la bomba atómica, J. Robert Oppenheimer, no sólo ha sido la estrella en la temporada de galardones de la industria y llega a los premios Oscar con nominaciones en 13 categorías, sino también un éxito de taquilla.
La cerebral película de Christopher Nolan sobre un físico teórico torturado animó al público a acudir a los cines en masa para conocer más sobre ese crucial momento histórico y político.
Oppenheimer: Conoce en Noticias Barquisimeto la historia del científico polaco Joseph Rotblat
Joseph Rotblat nació en Varsovia, Polonia, en el seno de una próspera familia judía. Su infancia fue «idílica» hasta el gobierno decomisó los caballos del negocio de transporte de su padre cuando empezó la Primera Guerra Mundial.
«Casi de un día para el otro, pasó a la penuria absoluta».
La pobreza le quitó la comida, el calor, la salud y la posibilidad de estudiar.
«Dejó una marca indeleble en mí. Nunca volví a comer papas, pues su sabor me trae recuerdos escalofriantes».
«Fue en ese entonces que empecé a pensar que la guerra no debía existir, y a creer que la ciencia y la tecnología eran la solución para prevenirla», recordó.
A pesar de no contar con educación secundaria formal, perseveró y logró un magistrado en ciencia de la Universidad Libre de Polonia en 1932, y un doctorado en física nuclear de la Universidad de Varsovia seis años después.
Año 1938
En 1938 aceptó una oferta para trabajar en la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, con el premio Nobel James Chadwick, el físico que probó la existencia del neutrón.
Allá estaba cuando, en diciembre de 1938, la fisión, la base de la bomba atómica, fue inesperadamente descubierta en la Alemania nazi menos de un año antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial por los radioquímicos Otto Hahn y Fritz Strassmann.
En agosto de 1939, Rotblat volvió a Polonia para llevarse a su esposa a Inglaterra, pero ella no pudo viajar por problemas de salud.
Tuvo que irse, con el plan de que ella iría cuando mejorara.
Liverpool le »salvó la vida»
No sabía que tomaría uno de los últimos trenes que salieron de Polonia antes que Alemania invadiera el 1 septiembre y estallara la guerra.
Tampoco sabía que nunca volvería a ver a su esposa, quien murió en el Holocausto, a pesar de sus esfuerzos por salvarla.
A él, estar en Liverpool le salvó la vida.
«Todos mis colegas fueron exterminados en las cámaras de gas… la física polaca fue destruida».
Edwin Hevia
Con información de la BBC