Los 41 trabajadores fueron recibidos el martes como héroes tras salir del túnel a través de un tubo de acero de 57 metros de largo en camillas con ruedas. Fue la culminación de una compleja operación de ingeniería.
Al volver a ver la luz del día, fueron recibidos con guirnaldas de flores y por representantes del Gobierno, entre los vítores de la multitud.
“El mundo vuelve a ser hermoso para nosotros”, declaró a la AFP Sabah Ahmad, uno de los sobrevivientes.
“Fue un momento difícil para los que estábamos dentro y más difícil aún para las familias que estaban fuera”, aseveró Ahmad, originario de Bihar, uno de los estados más pobres de India.
“Pero por fin salimos y es lo único que importa”.
Su esposa, Musarrat Jahan, quien habló con la AFP por teléfono desde Bihar, dijo que “no hay palabras” para explicar lo feliz que se sentía.
“No sólo mi marido vuelve a vivir, nosotros también”, dijo. “Nunca lo olvidaremos”.
Los obreros fueron llevaros en helicóptero para un examen completo en un hospital y recibieron cada uno un cheque de las autoridades de mil 200 dólares, lo que representa medio año de sueldo.
“Nuestra fe estaba por los suelos”
Los obreros quedaron atrapados el 12 de noviembre después del derrumbe de una parte del túnel que construían en el estado himalayo de Uttarakhand.
Hubo varios intentos fallidos para llegar hasta ellos debido a la caída de escombros y la avería de varias máquinas perforadoras, por lo que no les fue fácil mantener todos los días un buen estado de ánimo.
“No fue fácil”, admitió Kumar. “Después de tres o cuatro días dentro del túnel (…) nuestra confianza y nuestra fe estaban por los suelos”.
Los hombres sobrevivieron estos 17 días gracias a un pequeño conducto por donde se les bombeaba oxígeno y se les hacía llegar comida y agua. También se instaló una línea telefónica que les permitió hablar con sus familias.
“Le dije a mi familia: ‘Estoy bien y sano, no se preocupen, todo irá bien, saldremos pronto’”, contó Kumar.
“Pero mientras les decía estas palabras, a veces sentía con fuerza que nunca volvería a ver a mis padres”.
Guriya Devi, esposa de Sushil Kumar, otro trabajador rescatado, dijo a la AFP que su familia había “pasado por momentos horribles y a veces perdíamos la esperanza”.
“Rezamos en silencio por ayuda”
Chamra Oraon, de 32 años, describió el horror que sintió ese 12 de noviembre cuando oyó un ruido sordo y empezaron a caer escombros que bloquearon la única salida del túnel en construcción.
“Corrí por mi vida, pero me quedé atrapado en el lado equivocado”, declaró al periódico Indian Express.
“Cuando entendimos que estaríamos allí mucho tiempo, nos sentimos preocupados, hambrientos. Pero rezamos en silencio pidiendo ayuda”.
Subodh Kumar Verma contó a la AFP cómo las primeras 24 horas en el túnel fueron las peores, cuando temieron morir de hambre o por la falta de oxígeno.
Pero la esperanza regresó después que los equipos de rescate consiguieron conectarles una fina tubería por la que entraba oxígeno y comida.
“Cuando comimos el primer bocado, sentimos que alguien allá arriba nos había tendido la mano”, dijo Oraon al Express.
También les fue difícil mantenerse ocupados mientras esperaban ser rescatados. Intentaban matar el tiempo jugando en sus teléfonos, que podían cargar ya que se mantuvo la electricidad, y conversando. “Logramos conocernos bien”, dijo Oraon.
Aunque estaban atrapados, los obreros disponían de mucho espacio en el túnel, ya que la zona interior tenía 8,5 metros de altura y unos dos kilómetros de longitud.
El túnel de Silkyara forma parte del proyecto de autopista Char Dham del primer ministro Narendra Modi, diseñado para mejorar las conexiones con cuatro de los lugares de culto hindúes más importantes del país, así como con las regiones fronterizas con China.
Con información de AFP