El nuevo presidente de Panamá José Raúl Mulino en medio de desafíos internos y la polémica que rodeó a su candidatura, el exministro de Seguridad tomó una postura clara durante la campaña sobre el tema de la migración.
En ese sentido, manifestó que aplicará condiciones duras en el Darién, una zona de paso usada por muchos para ir en camino hacia Estados Unidos.
El tapón del Darién es usado por miles de migrantes todos los meses como zona de tránsito con la intención de llegar a Estados Unidos.
Según analistas, del discurso del candidato se esperan medidas efectistas una vez que asuma el poder el 1 de julio, ya que la aguda crisis económica que agobia a Panamá, particularmente después de la pandemia de Covid-19, ha generado una expectativa de que el regreso de Martinelli al poder, ahora a través de Mulino, traiga de vuelta la bonanza económica de hace tres lustros.
«Vamos a cerrar Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponda, respetando los derechos humanos», dijo Mulino en plena campaña.
1- La frontera selvática entre Colombia y Panamá, de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, y de muy diversas nacionalidades, tratan de llegar a EEUU cruzando por vía terrestre Centroamérica.
2- Más de 520.000 personas, en su mayoría venezolanos, cruzaron en 2023 la inhóspita selva. Este año, hasta el mes de abril, más de 120.000 cruzaron, según cifras oficiales. La actual política de las autoridades de Panamá permite el paso, pero ha cerrado la posibilidad de que los migrantes permanezcan en territorio panameño o intenten acogerse a programas de protección.
Mulino dijo que los gobiernos de Panamá y de EEUU trabajarán en conjunto para cerrar por completo este tránsito migratorio. Dentro de la Selva o Tapón del Darién, como se le conoce, operan diversas organizaciones criminales que no solo abusan, incluso sexualmente de las migrantes, sino que cobran sumas significativas para permitir el paso por zonas que controlan dentro del intrincado territorio. A la fecha, tanto Panamá como Colombia no han implementado medidas para combatir ese crimen organizado que opera dentro del Darién.
Mulino, quien fue el primer canciller panameño después de la invasión de EEUU para derrocar al entonces dictador Manuel Antonio Noriega a fines de los 80, durante el Gobierno democrático de Guillermo Endara (1989-1994), fue también ministro durante el mandato de Martinelli, incluso estrenado un despacho ministerial en el cual se reunieron a los distintos organismos de Seguridad del Estado.
Su participación activa en la vida política se remonta a mediados de los 80, ya que fue uno de los líderes de la Cruzada Civilista que se opuso a la corrupta dictadura de Noriega (1983-1989). Se le considera un aliado de Washington.
«La frontera de EEUU, en vez de Texas, se corrió a Panamá. Entonces tenemos que hacer un trabajo trilateral (entre EEUU, Colombia y Panamá) y se tiene que entender que Panamá no es un país de tránsito de inmigrantes», recalcó Mulino.
Lo que propone Mulino, según observadores, podría encontrar apoyo en EEUU, país que tiene el tema migratorio como un asunto central de la campaña de cara a las elecciones de noviembre próximo, en las que Joe Biden busca la relección por otro periodo de cuatro años, y Donald Trump lucha por su regreso a la Casa Blanca.
Abogado de profesión, pero dedicado a la vida política por más de tres décadas, Mulino negó en campaña que le fuese a conceder un indulto a Martinelli, quien podría enfrentarse a una condena de prisión de casi 11 años de prisión por blanqueo de capitales.
Información de: ÚR