Nayib Bukele deja la presidencia de El Salvador para optar la reelección en 2024

Nayib Bukeleya no es el presidente de El Salvador. La Asamblea Legislativa aprobó el pasado 30 de noviembre, con 67 votos a favor y 12 en contra, otorgarle un permiso de seis meses para que pueda optar a la reelección en los comicios del 4 de febrero de 2024. Esta licencia, que entró en vigor este 1 de diciembre y que se prorrogará hasta el 31 de mayo de 2024, también se hace extensiva al vicepresidente, Félix Ulloa, quien aspira a revalidar su cargo. 

De este modo, se cumplieron los plazos establecidos por el Tribunal Supremo Electoral, después de que el pasado 3 de noviembre diera el visto bueno para que Bukele pueda optar a un segundo mandato en El Salvador, pese a prohibirlo en seis artículos de la Constitución en rigordesde 1841. El órgano electoral acordó la fórmula presidencial del partido Nuevas Ideas, encabezada por Bukele y su vicepresidente, tras «corroborar que cumplen los requisitos legales».

El mandatario había solicitado a la Asamblea Legislativa el permiso amparándose en la histórica resolución de la Sala de lo Constitucional emitida el 3 de septiembre de 2021, que dio luz verde para que «una persona que ejerza la Presidencia de la República y no haya sido presidente en el periodo inmediato anterior, participe en la contienda electoral para una segunda ocasión». 

Se da la circunstancia que la Asamblea Legislativa, bajo el control de Nuevas Ideas, que es el partido que creó Bukele, destituyó el 1 de mayo de 2021, al entonces presidente de la Sala de lo Constitucional y de la Corte Suprema de Justicia, así como a cuatro magistrados titulares cinco suplentes. A continuación, nombró una nueva Sala con magistrados afines, que reinterpretó la Constitución y abrió la puerta para una reelección si tan solo el presidente renuncia seis meses antes de finalizar su mandato.

Esta decisión contradice varios artículos de la Carta Magna, entre ellos, el 154, que fija la duración del periodo presidencial en cinco años «sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más». Otro artículo que impide un segundo mandato es el 152, que establece que «no podrán ser candidatos de la República el que haya desempeñado la Presidencia por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial».

Pese a ello, la Asamblea Legislativa, con una amplia mayoría oficialista del partido Nuevas Ideas, ha seguido a rajatabla la agenda de Bukele para repetir un segundo mandato y, además de otorgarle la licencia, también aprobó y ratificó a quien fuera secretaria privada de Bukele, Claudia Juana Rodríguez de Guevara, como designada presidencial, de modo que dirige El Salvador desde el 1 de diciembre de 2023. 

La nueva mandataria ejercía hasta ahora como presidenta de la Junta Directiva de la Dirección Nacional de Obras Municipales y también ha acompañado al expresidente como tesorera en las Alcaldías de Nuevo Cuscatlán y San Salvador y como gerente financiera en la Presidencia de la República.

Seguirá contando con seguridad presidencial

Por su parte, el decreto que otorga la licencia a Bukele precisa que «en ningún momento genera ruptura del vínculo que hay entre el funcionario y el órgano que representa». Por tanto, se mantendrán «todas las garantías de protección», de manera que seguirá contando con «el servicio de seguridad, la disposición y uso del batallón presidencial, así como tener personal de transporte, seguridad y uso de residencias».

No obstante, precisa que, a partir de ahora, Bukele «no podrá ejercer la función de toma de decisiones, como la conducción política y administrativa del aparato estatal; monopolio del uso de la fuerza estatal; participación en el proceso de formación de ley y otras que le competan al designado presidencial».

En caso de ganar las elecciones de febrero, se convertirá en el primer presidente que afronta dos periodos consecutivos en la historia democrática de El Salvador, algo que solo ocurrió en este país con el dictador Maximiliano Hernández, quien fue reelegido para el periodo 1939-1944, aunque pocos meses después renunció tras la insurrección no violenta promovida por los estudiantes universitarios y conocida como «Huelga de brazos caídos».

El último acto de Bukele antes de dejar la Presidencia fue anunciar la construcción del nuevo Estadio Nacional, con el apoyo del gobierno de China y que, según destacó, será «el más moderno de Latinoamérica y el más grande de Centroamérica» con una capacidad de 52.000 personas. 

«Sabemos que hace falta mucho por hacer porque nuestros sueños para El Salvador son muchísimos más grandes, pero siempre tenemos que recordar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos», recalcó Bukele, quien cuenta con un mayoritario apoyo de la población, gracias a su «guerra contra las pandillas», que se ha traducido en la detención de 70.000 personas a través del Régimen de Excepción y el Plan de Control Territorial con los que pretende acabar con esos grupos criminales.

Con información de GV