El Movimiento por la Paz y la Vida ha dado un paso valiente y significativo al organizar una concentración desde la Plaza de la Justicia, en una actividad llamada «Un abrazo por la paz». En medio de tiempos difíciles y desafiantes para la sociedad, el simple gesto de salir a las calles para dar abrazos tiene un impacto profundo y edificante.
Los abrazos son una forma universal de conexión humana, capaces de transmitir consuelo, apoyo y solidaridad sin necesidad de palabras. En un mundo donde a menudo prevalece la división y la discordia, el acto de abrazar se convierte en un poderoso recordatorio de nuestra humanidad compartida y nuestra capacidad de unirnos en amor y compasión.
«El objetivo de realizar actividades como estas, aunque no sea el día mundial del abrazo, se ejecutan porque todos los días hace falta un abrazo con la familia, hijos, amigos…», manifiesta Miguel González, director regional del Movimiento por la Paz y la Vida.
Así mismo, afirma que «Un abrazo por la paz» se convierte en más que un gesto físico; es un símbolo de esperanza, un recordatorio de que cada individuo tiene el poder de marcar la diferencia en la construcción de un mundo más amable y compasivo. Es un recordatorio de que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos la necesidad fundamental de amor y conexión.
La iniciativa del Movimiento por la Paz y la Vida de salir a las calles a dar abrazos es un recordatorio de que, en medio de la adversidad, podemos encontrar fuerza en la unidad y en el apoyo mutuo. Al mostrar empatía y compasión a través de un gesto tan simple pero significativo, se abre la puerta a la posibilidad de sanar heridas, construir puentes y fomentar la paz en nuestras comunidades.
«Hoy recorreremos las principales calles de la ciudad, caminaremos por la Av. 20 repartiendo abrazos y esta iniciativa continuará en los próximos días cuando visitemos barrios y comunidades de nuestro municipio», agrega González.
Sostiene que la actividad parte como recordatorio de que la verdadera transformación comienza con pequeños actos de amor y bondad, con el compromiso de construir un mundo más justo y compasivo para todos. Cada abrazo compartido es un paso hacia adelante en la construcción de un mundo más humano y solidario.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto