La Iglesia El Sagrario, Catedral Metropolitana de Barquisimeto, fue el escenario de una emotiva Misa de la Juventud en honor a la Divina Pastora, presidida por Monseñor Polito Rodríguez Méndez, Arzobispo de Barquisimeto. Este significativa y alegre celebración contó con la presencia del padre Rubén Hernández, asesor de la Pastoral Juvenil, y Badoglio Duran, párroco de la Catedral, junto a varios sacerdotes de esta Iglesia local.
Con una asistencia de aproximadamente 1500 jóvenes, la misa se convirtió en un momento de alegría, esperanza, reflexión y espiritualidad. Monseñor Polito capturó la atención de los presentes con su inspiradora homilía, donde destacó la importancia de la oración y la esperanza en tiempos difíciles. En sus palabras, pidió a los jóvenes que “oren por sus familiares, por su bienestar” y expresó su gratitud por la oportunidad de compartir este momento: “Doy gracias ya vez más por esta bella oportunidad que me brinda”.
Durante la celebración, Monseñor Polito también se dirigió a la Virgen con un mensaje de agradecimiento: “Como ni estar agradecido a la Virgen por tanta bondad que nos brinda. Doy gracias al Señor y pido un gran aplauso a la Virgen en este momento”, lo que llevó a un emotivo aplauso de más de un minuto por parte de los asistentes.
El Arzobispo agradeció la presencia del Padre Rubén Hernández, que ha estado al frente de la Pastoral Juvenil, subrayando que “estamos aquí porque amamos a Dios, a la Virgen y a la Iglesia”. También hizo hincapié en el valor del estudio y el trabajo, así como en el profundo amor que se siente por nuestra Venezuela: “Y también amamos el estudio, el trabajo, este país, esta Iglesia, esta Arquidiócesis”.
Monseñor Polito continuó su mensaje recordando la figura de María, resaltando que “María es la madre de la esperanza” y “María es la imagen más expresiva de la esperanza. Toda su vida es un conjunto de actitudes de esperanza comenzando por el si, en el momento de la Anunciación”. En un momento de profunda reflexión, citó que el sí de María expresa disponibilidad y servicio.
El Arzobispo también envió un mensaje de aliento a los jóvenes ante las realidades actuales: “Vivimos tiempos de incertidumbre y crisis, por ende tambiénun tiempo de retos y oportunidades… Hoy sentimos que el vertigo de los cambios contínuos, nos asuman a un mundo desconocido, misterioso, extremadamente complejo y que en consecuencia se hunden estrepitosamente bajo nuestros pies muchas de esas certidumbres y seguridades. Vivimos en un mundo cada vez más profundo de relativismo ético y cada vez más, cada uno decide qué es bueno y qué es malo, qué se puede hacer y qué no se puede hacer».
Alentó a los jóvenes a soñar sin miedo y a no darse por vencidos, no perder la esperanza, a no olvidarse de los santos que desde el cielo los acompañan y los exhortó a rezar, pues son la esperanza del mañana. «En ustedes están los sueños de quienes lo intentaron pero fracasaron. Ustedes tienen la última palabra. Nunca se rindan. Sueñen, sueñen sin miedo. Enfrenten el miedo, luchen con él. No se dejen vencer. No desmayen, aférrense a la oración. Déjense guiar por la Madre del Salvador».
Además, enfatizó la necesidad de crear una cultura vocacional, que debe incluir tres dimensiones: la oración, la promoción de las vocaciones y el aporte económico al Seminario. En un momento especial, presentó a los seminaristas y llamó a los jóvenes que sienten inquietudes vocacionales a acercarse al altar, lo que resultó en una conmovedora respuesta de los presentes, y otra mas de quienes aplaudieron y ovacionaron a los jóvenes que dieron un paso al frente.
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La Misa de la Juventud concluyó en un ambiente de alegría, alabanzas, cantos, esperanza y unidad, reafirmando el compromiso de la juventud católica en Barquisimeto con su fe y su comunidad.
Zuleydy Márquez con información de la Arquidiocesis de Barquisimeto