La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año, son días para dedicarse a la oración y reflexionar sobre los misterios de la pasión y muerte de Jesús. Así se asegura en la página web Aci prensa.
El martes santo, que también es conocido como “martes de la controversia”, está dedicado a revocar cómo Jesús dio a conocer que uno de sus discípulos lo traicionará, que Simón Pedro lo negará tres veces ante aquellos que tenían el poder de condenarlo.
Según el evangelio de San Juan, Jesús de Nazareth les dijo a los hombres que lo seguían que uno de ellos lo entregaría a los soldados romanos, ante la mirada atónita de todos, el hijo de Dios le dio un bocado de pan mojado a Judas Iscariote para decirle que lo que tenía planeado debía hacerlo pronto.
Destaca la Sagrada Escritura que Jesús se turbó en su interior y declaró: “En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará”. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de él. Simón Pedro le hace una seña y le dice: “Pregúntale de quién está hablando”. El Iscariote, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: “Señor, ¿quién es?”.
En la Palabra de Dios se reseña que Jesús responde: “Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar”. Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto”.
El evangelio de San Juan añade: “Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros”. Simón Pedro le dice: “Señor, ¿adónde vas?”, Jesús le respondió: “Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde”.
Oriana Lorenzo con información de NAD