El retorno a la escena política de Leocenis García ha marcado un hito en la agitada vida política de Venezuela. Después de dos años de inhabilitación, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) levantó las restricciones que impedían a García participar en la vida política del país, un hecho que ha generado un amplio espectro de reacciones entre los distintos actores políticos y sociales de Venezuela.
García, conocido por su controvertido papel como editor de medios, defensor del capitalismo libre y fundador del movimiento de centro-derecha «Prociudadanos», ha sido una figura polarizante en la arena política venezolana. Su liderazgo en encuestas para la alcaldía de Caracas lo ha convertido en un personaje de notable influencia en la capital.
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Lo que resulta particularmente intrigante es la diversidad de sus conexiones políticas a nivel internacional. García ha establecido relaciones con figuras ideológicamente dispares, como el ex presidente español Rodríguez Zapatero y Álvaro Uribe de Colombia, lo que subraya su habilidad para navegar entre diferentes corrientes políticas. Su recepción por parte de ex presidentes como Torrijos y otras figuras influyentes en Washington ha consolidado su estatus como un actor político con conexiones internacionales significativas.
El hecho de que García haya sido recibido por instituciones clave de Estados Unidos, como la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y el USIP, no pasa desapercibido. Su amistad con el ex gobernador y ex ministro de Clinton, Bill Richardson, así como con Luis Almagro, Secretario General de la OEA, ha contribuido a su perfil internacional.
Sin embargo, a pesar de su influencia a nivel internacional, el alcance político de García se concentra principalmente en el municipio Libertador de Caracas, donde ha forjado una sólida base de apoyo entre los líderes comunitarios de los barrios y cerros de la ciudad. Su importancia en esta área no se limita únicamente a lo político, sino que se extiende a su participación y liderazgo en iniciativas sociales.
Su partido es casi inexistente en el resto del país.
A pesar de sus problemas legales, como la expropiación de su grupo editorial «6to Poder», García ha abogado públicamente por la reconciliación y el diálogo, postulándose como un agente de cambio dispuesto a construir puentes en un entorno político profundamente dividido.
El regreso de Leocenis García a la política venezolana promete inyectar una dosis adicional de dinamismo a un escenario político ya de por sí complejo, y su influencia tanto a nivel nacional como internacional no puede subestimarse en un país marcado por la agitación política y social.
García no se ha pronunciado oficialmente aún sobre su habilitación política, que le permite, si quiere ser candidato en 2024.
Nota de Prensa