Las Torres del Sisal, ubicadas en Barquisimeto, Venezuela, fueron concebidas en la década de 1970 como parte de un ambicioso proyecto habitacional destinado a proporcionar viviendas modernas y accesibles.
Sin embargo, el proyecto nunca se completó debido a una combinación de problemas financieros, corrupción y fallas estructurales. Estas circunstancias dejaron las torres en un estado de abandono y deterioro, convirtiéndolas en un lugar peligroso y desolado.
A lo largo de los años, las Torres del Sisal se han convertido en un trágico símbolo de desesperación y abandono. Se estima que alrededor de 50 personas han perdido la vida en este lugar, la mayoría de ellas por suicidio.
La estructura abandonada y su reputación sombría han atraído a personas en situaciones de extrema desesperación, así como a aquellos involucrados en actividades delictivas y rituales de santería.
Además de los suicidios, las torres han sido escenario de actos de violencia y crímenes. La falta de seguridad y el estado ruinoso de las edificaciones han facilitado su uso para actividades ilegales, incluyendo el tráfico de drogas y la violencia de pandillas. Estos factores han contribuido a la percepción de las Torres del Sisal como un lugar maldito y peligroso.
En respuesta a estos problemas, las autoridades locales han decidido finalmente demoler las torres. Este esfuerzo busca no solo eliminar un peligro físico, sino también cerrar un capítulo oscuro en la historia de la ciudad y abrir paso a nuevas oportunidades de desarrollo y seguridad para la comunidad.
Rubén Conde/Noticias Barquisimeto