Paulo César Cardozo Martínez, nacido en Maracaibo, es esperado en Connecticut, sede de la Universidad de Hartford, donde ganó una beca parcial –alrededor del 47%– después de una audición para estudiar la maestría en oboe. Solo falta un «último empujón» para poder costear el traslado y otros gastos del primer mes en su nuevo destino fuera de su tierra
Paulo César tiene 30 años y desde los cuatro su vida, tiempo de estudios, pasatiempos, vacaciones o cualquier espacio libre lo ha dedicado a perfeccionar su formación musical. Los primeros pasos en ese mundo maravilloso del sonido que agrada al oido lo inició en el kinder musical de la Alcaldía de Maracaibo. Su mamá, Soraya, lo llevó a su primer día de clases por sugerencia de su papá, Danilo Cardozo, ya fallecido.
A los siete años, Paulo César Cardozo Martínez, comenzó su escolaridad, ingresando al Conservatorio de Música «José Luis Paz» donde a partir de los doce, inició la práctica del oboe, —instrumento musical de la familia viento madera, cuyo timbre tiene una sonoridad penetrante, mordente y algo nasal, dulce y muy expresiva—, teniendo como protector, guía o tutor al destacado profesor Edward Trejo, oboísta principal de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo.
Este joven nacido en Maracaibo, muy talentoso, inteligente, ingenioso, organizado y disciplinado es esperado en el estado de Connecticut, costa este de Estados Unidos, sede de la Universidad de Hartford, donde se ha hecho merecedor de una beca parcial –alrededor del 47%– en la cátedra del profesor Kemp Jernigan, después de un proceso de audición para estudiar la maestría en oboe. Solo falta un «último empujón», asegura esperanzado para poder costear el traslado y otros gastos del primer mes, mientras logra establecerse en esa ciudad norteamericana.
Su viaje está pautado para finales de agosto próximo para iniciar en el semestre del otoño de 2024 estudios de la maestría que le permita perfeccionar su formación musical con el oboe. Sin embargo, está consciente que su traslado y permanencia de dos años, aproximadamente, tiene escollos en lo económico debido a que la beca solo le cubre la mitad de los gastos de colegiatura.
Su juventud, quizá motor de ser tenaz y optimista, firme en su propósito, lo ha llevado a tocar puertas en la Alcaldía de Maracaibo y Gobernación del Zulia, organismos de los que espera respuesta a una petición por escrito. También en su misión de vida espera llevarla a los despachos de PDVSA, Corpozulia, Fedecámaras, Cámara de Comercio y Cezimar, entre otros.
Está convencido que en esas dependencias oficiales y privadas existen personas que comprenden, entienden y valoran el esfuerzo noble de superación, porque creen en los jóvenes emprendedores que en determinado momento ofrecerán y revertiran su aprendizaje al servicio del país y del estado Zulia, formando y elevando el conocimiento en niños y jóvenes que inician su camino en el arte de la música.
Hay ejemplo de muchos músicos que han cosechado éxitos en cualquier escenario internacional, dándonos grandes satisfacciones, sin distinción de ningún tipo, solo demostrando de lo que somos capaces los hijos de esta tierra al unirnos como jugadores de un solo equipo llamado Venezuela.
«Desde el inicio», dice, «el oboe me apasionó. Fuimos cosechando éxitos en participaciones con calidad de solista en recitales de fin de año de la institución. En 2012 obtuve un premio por ser el puntaje más alto en las audiciones de ese año de toda la academia».
«Al mismo tiempo como integrante del sistema de orquestas empecé mi práctica en la orquesta infantil dirigida por la profesora María Consuelo Armas y al poco tiempo integré la Orquesta de la Juventud Zuliana Rafael Urdaneta, dirigida por el maestro Rubén Cova».
«Estuve muchos años ocupando distintos cargos hasta llegar a ser oboísta principal. Como asistente de la fila de oboes tuve la oportunidad en 2011 de viajar y participar en el Festival Internacional de la Cultura en la ciudad de Bérgamo, Italia. Fui fundador de una nueva generación de la Orquesta Juvenil del Conservatorio, oboísta».
«Asimismo, he sido fundador de la Orquesta Típica «Don Ciro Adarme», segundo oboe de la Banda de Conciertos Simón Bolívar y colaborador ocasional de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo con la cual también hice conciertos de solista, lo mismo que con la Filarmónica de la Universidad Rafael Urdaneta con la cual interpreté el concierto de Mozart en 2018″, aseguró.
Sus estudios superiores los hizo en la Universidad Católica «Cecilio Acosta» de donde egresó como musicólogo y colaboró como oboísta en los conciertos sacros y en el Festival de la Voz Universitaria. Su titularidad universitaria le fue conferida en el año 2015, cuando entregó, digamos su tesis, presentando el ensayo titulado «El oboe en la música popular zuliana».
Agregó que en su trayectoria musical «he hecho carrera en la música de cámara como fundador/codirector musical de la agrupación Capilla Musical Ricercare, liderada por el compositor zuliano Franklin Pire, en el quinteto Echos y en la música popular con el ensamble de latin jazz/música latina Cronopios.
«Además, con otras agrupaciones con las que he tocado puedo mencionar colaboraciones con el maestro, Lucidio Quintero y su orquesta La Marabina. Con Argenis Carruyo en sus conciertos sinfónicos. También con Carángano, Caibo, la estudiantina de LUZ en el estreno de la zarzuela de Renny Antequera, grabaciones con Los Chiquinquireños y con el trompetista zuliano Yturvide Vilchez, entre otros».
En fin, Paulo César Cardozo Martínez, posee un amplio currículum personal extenso imposible de seguir escribiendo en este espacio periodístico. Su optimismo, siempre despierto, elevado, lo lleva a creer que su llamado tendrá respuesta satisfactoria. Puede ser ubicado a través de sus redes sociales en Instagram @eloboero/correo ppcm1993@gmail.com y en su contacto telefónico +58 424-6289306.
Nota de prensa