Historias silenciadas de mujeres: «Mi papá apagaba los cigarros en mi espalda»

La violencia de género es un delito que sucede constantemente, sin embargo, son muchas las mujeres que callan su historia por miedo. No solo violencia física, sino también verbal y psicológica afecta a una gran cantidad de jóvenes, que en ocasiones temen denunciar a su atacante por timidez, ya que se encuentran en un estado de sumisión ante el agresor, el cual en ocasiones las intimida e incluso amenaza.

“Mi papá estando bajo los efectos del alcohol apagaba los cigarros en mi espalda, me daba bofetadas y golpes, cuando yo solo era una pequeña niña indefensa. También maltrató muchas veces a mi mama” contó Angelina de Freites, quien también agregó que el proceso tras colocar la denuncia era demasiado largo “no valía la pena, pedían una muestra que comprobará nuestra historia, algo que no teníamos”.

“Mientras no viva con él, y no me vuelva a tocar, no habrá más problemas” resaltó Freites, demostrando el impacto que ha tenido su experiencia, y el efecto que la misma ha tenido sobre ella. “pienso que deberían hacer más hincapié en las leyes, ya que a la hora de la verdad no le dan mucha importancia, la idea es que lo tomen más en serio”.

No solo las mujeres adultas son afectadas por esta situación, sino incluso los menores de edad que están a su cargo, sobre todo cuando se trata de madres que sufren abusos por sus parejas, mientras conviven con sus hijos, los cuales presencian cada discusión, conflicto y enfrentamiento.

Otra historia silenciada, ha sido la de una mujer que convivió con su esposo por más de 12 años, el cual ocupa el cargo de militar, siendo esta una de las razones por la cual el miedo se apoderó de ella por mucho tiempo, “por no llevar agresión física en mi cuerpo no procedieron la denuncia, tuve que escapar”, antes de que sucediera lo peor, “reaccioné cuando mi hija de 16 años me dijo que era suficiente” explicó la dama, quien no quiso ser identificada por precaución. “Tuve miedo, pero lo superé”, agregó la femenina.

Al respecto, Hanoi Castañeda, expresó que “el femicidio es a causa del silencio de la mujer, la cual quizás no se siente capaz porque es oprimida, generando que no se pueda desahogar con facilidad. Son varias las razones que puede provocar que una joven se calle, pero esta acción hace que el problema siga desarrollándose, y que el agresor tome más fuerza”.

“La persona debe determinar que quiere salir de esa situación y debe tomar una decisión. A veces las afectadas, son maltratadas desde su niñez, se crean ciertos hábitos, se acostumbra y cuando llegan a ser adultas no son capaces de hablar, por miedo a que no le crean o que su pareja la pueda herir” agregó.

Leer también: Entre vallenatos, motopiruetas y pedidos de justicia así fue el último adiós de la Jóven Alexandra Silva

Por último, Castañeda enfatizó la importancia de mejorar las leyes con respecto a la violencia de género, “porque muchas veces no llegan al punto”.

Son varias las historias que han logrado someterse al silencio, mientras otras mujeres han intentado que su voz tenga algún impacto para que las autoridades las auxilien, debido a la amenaza que arremete contra su vida o estabilidad psicológica, pero por no tener pruebas suficientes o un moretón en su rostro su denuncia no es procesada y no les queda más que huir, mientras su historia queda en las sombras.

Autoridades recomiendan a la mujer ser consciente de la ley que la protege, y no tener miedo de denunciar si considera que su vida corre peligro o está siendo afectada por maltrato psicológico. A su vez explica, que incluso un tercero puede realizar la acusación, si observa que una dama está siendo sometida a agresión verbal, física o psicológica.  

Paula Edith Gil / NB