La comunidad del Pueblo de Santa Rosa se encuentra sumida en un profundo sentimiento de nostalgia y vacío tras la reciente marcha de la Divina Pastora hacia Barquisimeto, donde permanecerá hasta su regreso a su templo el próximo 12 de abril. Este evento, que tradicionalmente reúne a miles de fieles, ha dejado una huella palpable en los corazones de los habitantes locales.
Conversamos con varios residentes que compartieron sus sentimientos sobre la ausencia de la venerada imagen. Hernán Juárez expresó: «Antes quedábamos peor porque quedaban menos habitantes«, refiriéndose a cómo la comunidad ha cambiado con el tiempo y cómo la marcha afecta el ambiente del pueblo.
Por su parte, Humberto Leal comentó: «Uno se siente triste porque la alegría se va, hace falta la gente y compartir con la gente«. Su declaración resuena con muchos que sienten que la festividad no solo es un acto religioso, sino también una oportunidad para reunirse y celebrar juntos.
Génesis Alvarado añadió: «Se siente un vacío porque ella no está, pero igual hay gente que sigue viniendo«. A pesar de la ausencia de la Divina Pastora, algunos visitantes continúan llegando al pueblo, buscando mantener viva la tradición y el espíritu comunitario.
Omaira Loyo compartió su perspectiva sobre el impacto emocional que ha dejado esta situación: «Esto es una tristeza muy grande porque esto se siente muy solo«. Su comentario refleja el sentimiento generalizado entre los habitantes, quienes anhelan el regreso de las festividades y el bullicio que acompaña a la llegada de los devotos.
La marcha de la Divina Pastora no solo representa un evento religioso significativo, sino también un momento crucial para la identidad y cohesión social del Pueblo de Santa Rosa. Mientras esperan su regreso en abril, los habitantes continúan aferrándose a sus tradiciones y a la esperanza de volver a vivir esos momentos de alegría compartida.
Daniel Oviedo / Noticias Barquisimeto