La Policía de Bélgica arrestó a un párroco de 60 años, de la ciudad belga de Kalmthout, después de que muriera un sacerdote británico, de 69 años, con el que había consumido drogas y mantenido relaciones sexuales, informan medios locales.
Poco después de la medianoche del jueves, el clérigo belga llamó a los servicios de emergencia informando de que el hombre que se alojaba con él se había puesto mal. Los paramédicos intentaron reanimarlo, pero todos los esfuerzos fueron en vano.
Las primeras conclusiones de la Policía, el laboratorio y el médico forense muestran que los dos religiosos habían consumido juntos éxtasis y ‘poppers’ —frascos que contienen droga en forma líquida que produce un subidón breve e intenso— y tenido sexo.
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El juez de instrucción interrogó al eclesiástico, que, tras la audiencia, fue puesto en prisión preventiva como presunto autor de un delito de tráfico de estupefacientes con resultado de muerte. La investigación para esclarecer la causa exacta del fallecimiento sigue en curso, ya que la autopsia todavía no ha podido proporcionar información concluyente.