El papa Francisco aprovechó la ocasión de su viaje a Mongolia, cercano a China, para tras la misa que celebró en la capital mandar un saludo al pueblo chino y a los católicos en este país, después de que las autoridades de Pekin no diesen la autorización a los obispos para ir al país para ver al pontífice.
«Estos dos hermanos obispos, el emérito de Hong Kong y el actual obispo, quiero aprovechar su presencia para enviar un caluroso saludo al noble pueblo chino«, dijo el papa por sorpresa tras concluir la misa en el estadio «Estepa Arena» de Ulán Bator, ante cerca 2.000 fieles, entre ellos católicos del país, pero también llegados desde otras naciones de Asía como Vietnam, Filipinas y China.
Y agregó que desea «lo mejor» al pueblo chino e «ir adelante y progresar siempre».
«Y a los católicos chinos, les pido ser buenos cristianos y buenos ciudadanos. A todos«, agregó.
El papa llegó este viernes a Mongolia para animar a la pequeña comunidad católica del país, de cerca de 1.400 fieles, pero también a una nación situada entre Rusia y China y por ello se esperaba una representación de peregrinos de ambos países para la misa.
Sin embargo, el Gobierno chino no dejó salir del país a los prelados prohibiéndoles visitar Mongolia durante el viaje del papa.
Sólo estuvieron presentes durante la visita de Francisco y en la misa el excardenal chino y obispo emérito de Hong Kong, John Tong Hon, y el actual obispo Stephen Chow, que el papa nombrará cardenal a finales de este mes de septiembre.
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En el Estepa Arena de Ulán Bator, un grupo de unos 40 católicos de Hong Kong exhiben sus banderas y pancartas, mientras que al lado otro grupo de unos 20 que han llegado desde el norte de China con su párroco muestra la bandera china cuando el papa pasa delante de ellos antes de celebrar la misa.
Con información de Globovisión