En el pintoresco pueblo de Los Rastrojos, ubicado en el municipio Palavecino del estado Lara, se alza con fervor y devoción una imagen que trasciende el tiempo y se arraiga profundamente en el corazón de los venezolanos: El Nazareno de Los Rastrojos. Considerada la tercera imagen religiosa más antigua del país, este Cristo sufriente pero lleno de amor se ha convertido en un símbolo de esperanza, fe y tradición para miles de peregrinos que año tras año acuden a su encuentro.
La imagen del Nazareno de Los Rastrojos es una representación conmovedora de Jesús camino al Calvario. Su rostro, tallado con meticuloso detalle, refleja el dolor físico y la angustia del momento, pero también irradia una profunda serenidad y amor. Tal como lo describe el presbítero Daniel Guerra, párroco de la iglesia Sagrada Familia, santuario del Nazareno, «el artista que realizó la imagen supo expresar en perfecto detalle todas las expresiones, el sufrimiento pero también un amor profundo». Esta capacidad de transmitir emociones tan intensas es, sin duda, uno de los motivos por los cuales «las personas se sienten identificadas con esta imagen porque ven reflejados el dolor y el sufrimiento también de ellos», añade el sacerdote.

La devoción hacia el Nazareno de Los Rastrojos se manifiesta de manera especial cada Miércoles Santo, día en que la imagen sale en procesión por las calles del pueblo. El prebístero Guerra, quien lleva diez años en la parroquia, recuerda con asombro cómo «una gran cantidad de personas vienen de diferentes lugares de Venezuela» para participar en este acto de fe.

Flor Canelón, hermana mayor de la cofradía, comparte la profunda conexión histórica y espiritual que une a la comunidad con el Nazareno. «Esta imagen data del siglo XVIII, y tiene dos restauraciones, una en el 2007 y en el año 2024 se le hizo un retoque». Para muchos, la imagen es fuente de incontables favores y milagros. «Esta imagen es muy milagrosa, no hay nada que con fe y amor usted le pida y él no se lo cumpla», asegura Mercedes, quien relata con emoción un testimonio personal: «mi hija estaba enferma con un problema en la rodilla, tuvo algunas operaciones, y un día le pedí con mucha fe por la salud de mi hija, y el médico me dijo ‘esto ha sido un milagro’ porque como había sido tratada mi hija era para que fuese peor, y ya está sanita gracias a Dios».

Un dato curioso y significativo en la historia del Nazareno de Los Rastrojos es su participación en la primera procesión de la Divina Pastora, patrona sentimental del estado Lara. Así lo revela Heriberto Yépez, cronista de la parroquia José Gregorio Bastidas del municipio Palavecino. Sin embargo, este hecho también encierra un enigma. «Para nosotros ha sido una incógnita porque hemos tratado de buscar documentación y todo el recorrido que hizo para llegar a Los Rastrojos, y no hemos dado con esa documentación, para nosotros es un gran reto buscar cuál fue el momento histórico en que llegó a la parroquia José Gregorio Bastidas y a esta iglesia Sagrada Familia», explica el cronista.
La profunda conexión emocional del pueblo con su Nazareno se hizo evidente durante la única restauración mayor que ha experimentado la imagen. «Cuando lo sacaron a realizar la única restauración que ha tenido se sintió un vacío enorme en todo el pueblo, se encontraban desanimados, y cuando volvió se sintió una alegría», rememora Yépez.

El cronista también comparte una pintoresca anécdota de los años 50 que ilustra el arraigo de la imagen en la comunidad. «En ese momento muy pocas calles estaban pavimentadas, se acostumbraba a llevar la procesión lo más lejos posible y se traía nuevamente, ese día cayó un gran invierno y no se pudo traer la imagen, porque había crecido la quebrada. El señor Héctor Leal, que era como el alcalde de aquí, dijo ‘tengo que ir a buscar a El Nazareno porque sino se queda por allá’ y agarró la única patrulla que había y fue a buscar al santo y se lo trajo, y la gente decía ‘metieron preso al Nazareno’, y era una anécdota muy cómica».

Para Heriberto Yépez, el momento en que el Nazareno sale en procesión es verdaderamente especial. «Es mágico, porque son pocas las procesiones en Venezuela donde salen en mesones con cargadores, y aquí gracias a Dios se ha mantenido esa tradición, donde se ven hombres, mujeres, viejitas con sus velos y velitas detrás de las sagradas imágenes, cumpliendo las promesas. Y eso hace que los pueblos no decaigan y vivan de esas tradiciones, que le dan la fortaleza y belleza a los pueblos».
El Nazareno de Los Rastrojos no es solo una imagen religiosa; es un lazo que une generaciones, una fuente de consuelo y esperanza, y un testimonio vivo de la profunda fe que palpita en el corazón del pueblo larense. Su historia, marcada por la devoción, el misterio y las tradiciones arraigadas, continúa escribiéndose con cada paso de los fieles que buscan en su mirada la fortaleza para seguir adelante.
Oriana Lorenzo / Noticias Barquisimeto