El director de la Policía Nacional de Colombia, general William René Salamanca, informó de una caleta subterránea descubierta en un desierto de La Guajira, que fue desenterrada tras un trabajo de inteligencia desarrollado por la Policía, el Ejército y el FBI.
Las primeras investigaciones indican que, el alijo habría sido trasladado desde el Catatumbo, bajo la supervisión de un grupo armado y sería transportada a través de Venezuela hacia Centroamérica y de ahí a Estados Unidos.
Los comandos llegaron a las coordenadas exactas, iniciaron una excavación y sacaron cuarenta bolsas que contenían el cargamento avaluado en 29 millones de dólares.
Según explicó el general Salamanca, la operación se llevó a cabo en un paraje solitario cercano al Cerro de la Teta, en zona rural de Uribia, donde hallaron el depósito enterrado con 1.146 kilos de cocaína que pertenecería a uno de los denominados ‘narcos invisibles’.
La operación comenzó a gestarse tras un reciente cruce de información entre la Policía Nacional de Colombia con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, que permitió efectuar una serie de labores de valoración y verificaciones previas por parte de un grupo especial de la Dijín.
Informó el alto oficial que con base en los resultados de las vigilancias secretas se coordinó una operación de asalto aéreo con el Ejército Nacional, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación.
Mientras los uniformados desenterraban la droga, se hizo un barrido en la zona y en un rancho cercano fue encontrado un depósito de armas con siete fusiles, la misma cantidad de pistolas, 31 cargadores, 15 radios de comunicación, 6 chalecos antibalas y 1.500 municiones de distintos calibres, ocultos entre sacos.
“Esta investigación hasta ahora comienza, y es el resultado de la confianza y el trabajo articulado con agencias federales de Estados Unidos, en este caso el FBI (…) aquí va a quedar al descubierto una organización criminal transnacional, liderada por un capo que dejará de ser invisible”, señaló el general William René Salamanca.
Oriana Lorenzo con información de NAD