El presidente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), John Ratcliffe, aseguró que no tiene ninguna evaluación sobre una ‘guerra’ con Venezuela, hecho que no pasó desapercibido en la opinión pública, pues con base en este argumento y aludiendo a la Ley de Enemigos Extranjeros, la administración de Donald Trump trasladó a 238 ciudadanos venezolanos, presuntos integrantes del Tren de Aragua, a El Salvador.
Ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y respondiendo al congresista demócrata Joaquín Castro, que indagó si había alguna evaluación “de que actualmente estamos en guerra o siendo invadidos por la nación de Venezuela”, Ratcliffe dijo: “No tenemos ninguna evaluación”.
Su declaración va en contravía de los pronunciamientos de Donald Trump a mediados de mes, argumentando que el Tren de Aragua “está llevando a cabo acciones hostiles y una guerra irregular contra el territorio de Estados Unidos, tanto directamente como bajo la dirección, clandestina o no, del régimen de Maduro en Venezuela”.
La cuestión es así: el pasado 16 de marzo, Trump ordenó trasladar a 238 supuestos miembros del Tren de Aragua al CECOT, una megacárcel de máxima seguridad en El Salvador, invocando la Ley de Enemigos Extranjeros, que permite deportar a ciudadanos de países con los que Estados Unidos esté en guerra, es decir, de una nación enemiga.
El problema, sin embargo, es que Estados Unidos y Venezuela no están en guerra, como ratificó el director de la CIA.
La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, tampoco despejó las dudas en torno al tema, al afirmar que “hay diversas evaluaciones que provienen de diferentes elementos de la comunidad de inteligencia”.
En ese contexto, el traslado de ciudadanos venezolanos a El Salvador no estaría amparado por la ley, no, al menos, por la Ley de Enemigos Extranjeros. De hecho, ahora mismo, el Gobierno Trump no puede deportar migrantes bajo esta norma, debido a un bloqueo temporal ratificado por una corte federal.
La polémica en torno a la Ley de Enemigos Extranjeros
El mismo día en que los ciudadanos venezolanos fueron trasladados a El Salvador, un juez distrital estadounidense, James Boasberg, bloqueó a la administración de Trump la posibilidad de acudir a la Ley de Enemigos Extranjeros. Pese a ello, el vuelo de deportación arribó al país centroamericano.
“Cualquier avión que contenga a estas personas, que vaya a despegar o esté en el aire, debe ser devuelto a Estados Unidos”, dijo el juez durante la audiencia.
Debido a la suspicacia que generó al asunto, el denominado zar de la frontera, Tom Homan, defendió el traslado rumbo al país centroamericano en conversación con la prensa en las inmediaciones de la Casa Blanca.
“Para cuando llegó la otra orden, el avión ya estaba sobre aguas internacionales, lleno de terroristas y representando importantes amenazas para la seguridad pública”, expuso. “El presidente hizo exactamente lo correcto”.
Lo cierto, más allá de la postura de Trump y la respuesta de Homan, es que miembros del chavismo, desde el presidente Nicolás Maduro hasta el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, catalogaron a lo sucedido como un “secuestro”.
“No vamos a descansar hasta que los regresemos, no vamos a descansar hasta que rescatemos a los secuestrados en El Salvador. Contrataremos a los bufetes que haya que contratar, vamos a hablar hasta con el diablo para que los venezolanos sean devueltos a su patria, a sus casas, a sus hogares”, dijo Rodríguez hace unos días.

Información de: Bloomberg