Pablo Alborán tiene un don: unir a varias generaciones en cada uno de sus conciertos. El malagueño, que lleva tres lustros en la industria musical, se despidió de su público español este miércoles, 22 de noviembre, en el WiZink Center de Madrid. Colgando el cartel de Sold Out, el cantautor salió una vez más al escenario del WiZink Center de Madrid. Eso sí, esta vez de la mano de La Cuarta Hoja Tour, una gira con la que el artista ya ha recorrido toda España y con la que ahora marcha a Latinoamérica.
Llevando un look totalmente negro, Pablo Alborán solo necesitó una banda para conquistar a su público. Y es que el artista decidió apostar por su voz (como para no hacerlo) como mayor reclamo del concierto. Porque si Pablo es conocido por algo es por saber cómo emocionar a sus fans con cada giro de tono. Bueno, y con ese movimiento de pelvis que ya se ha convertido en uno de sus sellos de identidad.
Sobre las nueve y cinco de la noche, el malagueño salió al escenario para interpretar Carretera y Manta: un tema que no puede ser más acertado, sobre todo teniendo en cuenta el viaje emocional de dos horas que nos esperaba por delante. Y es que es complicado repasar toda su carrera en tan poco tiempo.
Pablo continuó intepretando algunos de sus mayores hits junto a las canciones de La Cuarta Hoja (un disco que ha sido nominado a los Grammy 2024 a Mejor Álbum Latino). Momento para recordar cuando todo el WiZink Center cantó al unísono Te he echado de menos.
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«¡Viva el amor y viva Madrid!«, dijo Pablo antes de arrancarse a cantar Vívela, una canción con la que se acercaba el final del concierto. ¡Pero Pablo se debe a su público! Y tras un corte de dos minutos, arrancó el verdadero final de la mano de Llueve sobre mojado, Amigos y La fiesta. Y eso es lo que fue realmente: una fiesta para celebrar la música. Porque Pablo, al final, está hecho de notas musicales.
Con información de Ronda