Pasará a la historia del Festival de Viña, pero no por las risas que sacó. El show del comediante venezolano George Harris, que incluyó dos intentos del humorista de concluir anticipadamente su rutina -de lo que fue disuadido en ambas ocasiones por los conductores-, tuvo elementos muy inusuales incluso para un escenario con más de seis décadas de existencia.
Porque Harris optó por enfrentar las pifias peleándose frontalmente con el público, recurriendo incluso a insultos, mientras los espectadores en la Quinta Vergara se encontraban divididos entre quienes lo respaldaban y los que pedían su salida.
Éstas fueron los momentos más tensos del debutante del humor en el Festival de Viña 2025.
Primeras pifias: “El que no le gusta, ve a comprar un refresco”
Aunque entró con una ovación y su sola presencia sacó aplausos, a poco andar se notó que la rutina de Harris no cumplía con un elemento imprescindible en el humor, y en especial en la Quinta Vergara: hacer reír.
Eso, de todas formas, ha pasado muchas veces en la historia del Festival. Incluso, en contadas ocasiones, los artistas han cuestionado las pifias. Algo así pareció hacer Harris cuando por primera vez enfrentó los silbidos.
“Yo no puedo creer que una gente compre una entrada para pitear toda la noche. Se van a quedar sordos”, dijo Harris, agregando que “el que no le gusta, ve a comprar un refresco o una empanada”.
Sube la temperatura: “Por eso te vas a quedar solo, huevón”
Pero si era una estrategia pensada en acallar las pifias, lo de Harris no funcionó: es más, intensificó los silbidos. Fue en ese momento donde el comediante lanzó una andanada de insultos contra los espectadores.
“Levántate una venezolana, marico, ¿qué te pasa? (…) Por eso te vas a quedar solo, huevón (sic). Levántate una venezolana. Tengo una novia, tengo una vida, tengo una polola, coño”, espetó Harris, agregando: “Vete con un refresco. Bésate con la polola, con el pololo. Haz tu momento íntimo”.
Primer intento de salida: “Yo no vine a amargarle la vida a nadie”
El humorista trató de seguir con el show, siempre ante un público dividido. Pero en cierto momento pareció bajar la guardia y resignarse. “Yo no vine a amargarle la vida a nadie. Si ustedes quieren que yo me vaya, yo me voy. No pasa nada”, dijo.
Luego, cuestionó las críticas recibidas previamente a su presentación. “Si ustedes quieren que yo me vaya, este es su país y yo lo respeto. No pasa nada. Pero yo soy un artista internacional que vengo a dar lo mejor de mí, no a pelear ni a pasarla mal (…) Quizás tú te dejaste influenciar por los medios de comunicación amarillistas que quisieron amargarnos. Entonces así es muy complicado que tú dejes que los artistas de afuera vengan a presentarse en este escenario”.
Unos minutos después, se despidió por primera vez del escenario. No sería la última.
Los insultos desatados al público: “Vete pa’l baño y jálate el muñeco”
Con la mediación de los animadores y un rol protagónico de Rafael Araneda, Harris volvió a presentar su rutina. Esta vez, con un enfoque en los sismos, uno de los elementos más puramente chilenos. Y aunque hubo tímidas risas en algunos segmentos, las pifias y -sobre todo- las escasas risas siguieron siendo la tónica.
Aunque intentó permanecer enfocado, hubo un momento donde el humorista perdió la paciencia y, derechamente, se lanzó a insultar al público. “Mira, a mí me da risa el que está pitando, de verdad, me da risa. Me da risa. Ojalá tú tengas la carrera que tengo yo. Ojalá que la tengas. Que tengo 20 años haciendo esto. Y aquí en tu país, con todo lo que te da rabia de que yo esté aquí”, planteó
“¡Llené el Movistar, cállate!”, dijo Harris, para luego agregar uno de los epítetos más ofensivos de toda su presentación: “Amigo, vete para el baño un rato y jálate el muñeco (sic)”.
La resignación final: “Qué lástima que ganen los malos siempre”
Pero pese a su pelea permanente, Harris no consiguió dar vuelta el escenario. Apoyado en un público dividido, consiguió navegar algo más de tiempo: sin embargo, casi a la media hora de show volvió a retirarse. “Qué lástima que ganen los malos siempre”, dijo, mientras agradecía al público que lo había ido a ver.
Tampoco sería la despedida definitiva. Nuevamente los animadores lo intentarían traer para un tercer segmento. En él, Harris logró mantener un tono más neutro, apoyado en una rutina tipo karaoke con éxitos emblemáticos de la música hispanoamericana. Sin embargo, ya era la crónica de un resultado anunciado. Diez minutos después, y sin pasar por el backstage, el comediante venezolano se iría sin premios y dejando tras de sí una de las presentaciones más polémicas y confrontacionales de la historia del humor en el Festival de Viña del Mar.
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Información de: CNN Chile