En los últimos meses, la Urbanización Ruezga Norte, ubicada en Barquisimeto, ha enfrentado una problemática inquietante: la proliferación de gatos. Esta situación no solo ha desbordado la paciencia de los residentes, sino que también ha generado serias preocupaciones sobre la salud pública y el medio ambiente.
Los habitantes del sector 3 con vereda 9 han sido testigos de un incremento notable en la población de gatos. «Acá hay una problemática de proliferación de gatos, hemos contado más de 50. Cada día hay uno nuevo, y el olor y las molestias son insoportables. Este problema lleva tres años sin solución, y estamos cansados», comenta Giberlis Sánchez, una vecina afectada.
La acumulación de excremento de gatos es una de las principales preocupaciones. No solo contamina el suelo, sino que también se convierte en un foco de enfermedades. El Dr. Orlando Silva, médico de la comunidad, advierte que «debemos evitar la propagación de toxoplasmosis, un parásito transmitido por las heces de gatos. Es urgente buscar una solución» enfatizando la urgencia de abordar esta cuestión desde el ámbito de la salud pública.
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La voz de los vecinos se convierte en un eco de desesperación cuando hablan de su lucha diaria. Norkys Marchán, trabajadora de un consultorio médico, menciona que la situación está afectando no solo la salud de los pacientes, sino también el bienestar de toda la comunidad. “No es justo que tengamos que lidiar con esto todos los días”, lamenta.
Además, la exposición constante a estos desechos puede tener efectos perjudiciales en la calidad de vida de los residentes, quienes, como Alicia de Rivero, se ven obligados a limpiar a diario para mantener sus hogares y calles dignos. “Tengo que limpiar la vereda todos los días y combatir el mal olor con aceite quemado”, manifiesta, reflejando la frustración colectiva ante una situación que parece no mejorar.
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Frente a esta situación crítica, la comunidad anhela respuestas efectivas. La solución no dependerá únicamente de los esfuerzos individuales, sino de la colaboración entre los residentes y las autoridades locales.
Es crucial establecer un plan que contemple tanto el bienestar de los gatos como la salud y comodidad de los habitantes. Los programas de control poblacional de felinos, educación sobre la tenencia responsable de mascotas y campañas de esterilización podrían ser algunas de las soluciones viables.
La comunidad está lista para tomar acción, pero necesita el respaldo de las autoridades locales para hacerlo posible. La calidad de vida en la Ruezga Norte depende de que se tomen medidas efectivas y se escuchen las voces de quienes allí habitan.
Carla Martínez / Noticias Barquisimeto