Con María caminamos en Comunión: La Divina Pastora salió de su morada a reencontrarse con su pueblo

La Divina Pastora inició su peregrinación en su centésima sexagésima sexta procesión.

Con María caminamos en Comunión: La Divina Pastora salió de su morada a reencontrarse con su pueblo
Con María caminamos en Comunión: La Divina Pastora salió de su morada a reencontrarse con su pueblo

‘‘¡Viva Jesús! ¡Viva la virgen!, ¡Te esperamos madre amada!, ¡Bendice a tu pueblo!” Fueron algunas de las frases llenas de sentimiento del Monseñor Owaldo Enrique Araque Valero durante la eucaristía de despedida de la Divina Pastora de su templo.

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Acompañado de la emoción de los feligreses, la sagrada imagen de la Divina Pastora partió de su Santuario y de su Pueblo de Santa Rosa, trasladándose con una procesión multitudinaria hacia la Catedral en un recorrido de 7.5 kilómetros, luego de la misa en las afueras de su feudo a las 11 y 30 de la mañana y con rumbo a realizar su tradicional parada en la plaza Macario Yépez.

En el acto litúrgico, se reflejó de una manera especial y simbólica el amor de María por sus hijos y que se ha venido fortaleciendo año a año, así se puede evidenciar con la participación de las personas por diferentes partes del mundo, »Este año Con María, caminemos en Comunión, permitamos que la Virgen bajo la advocación de la Divina Pastora nos guíe el camino hacia su hijo Jesús».

Homilía

Durante la eucaristía de despedida de la Divina Pastora, el Monseñor Owaldo Enrique Araque Valero, administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, quien nació en Chiguará, estado de Mérida, región andina de Venezuela, reflejó el amor que tienen los larenses con su virgen y sobre todo con el hijo de Dios, que es muy importante tenerlo en »nuestros corazones en difíciles tiempos que vive la humanidad».

El Monseñor Owaldo Araque recordó durante la misa, el origen de la veneración se remonta al año de 1736, también rememoró el milagro del terremoto de 1812 con la sagrada imagen de la Divina Pastora en el templo de Santa Rosa.

Debido a esa fe, los ciudadanos de Santa Rosa, en el año 1855 respaldaron a Macario Yépez durante una epidemia del cólera, que parecía incontrolable, pero que pudo más el amor a Jesucristo y a través de la petición del padre, la virgen intercedió ante su hijo, y Dios obró el milagro de la erradicación de dicha enfermedad.

Traje

Busca iluminar nuestros corazones durante la visita 166
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Luciendo un hermoso traje azul, rodeada de flores, junto a su niño Jesús y luego de la homilía de despedida realizada por el Monseñor Owaldo Araque a las 11: 30 minutos partió con el himno «Oh piadosa y amante pastora». La Pastora de almas del barquisimetano dejó su morada para comenzar la peregrinación por las 57 parroquias, cuatro vicarias y una Iglesia Filial perteneciente al municipio Iribarren.

Redacción periodística:
Zuleydy Márquez y Edwin Hevia

Fotos: Cortesía