Con la excusa de atajar la rápida evolución de Ecuador hacia un narco-Estado dominado por el crimen organizado, Estados Unidos se mostró esta semana decidido a trabajar junto al presidente Daniel Noboa para evitar que se consolide esa tendencia, mientras el gobierno ecuatoriano lanzó una amplia ofensiva militar para contener la violencia.
Desde el domingo el país vive atenazado por el miedo sembrado por bandas de narcotraficantes, pero hasta el jueves Washington no había aclarado cómo cooperaría con Noboa, pese a la inquietud compartida.
Lo hará en varios frentes. Para empezar, enviará al país a altos cargos, como la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, y el subsecretario de la Oficina Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley, Todd Robinson, así como a policías para ayudar “en investigaciones criminales”.
La excusa de la cooperación antidrogas, los militares estadounidenses volverán a suelo ecuatoriano con el aval del presidente Daniel Noboa, luego de que fuera expulsada la base militar de Manta, que era controlada por los Marines del país norteamericano.
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El mandatario ecuatoriano señaló que tuvieron “una reunión con el embajador de EEUU ayer en la tarde, después del decreto y dijo que en pocos días, dos o tres días, vendrán con un paquete de asistencia al Ecuador, ellos lo están evaluando”.
Aseveró que están trabajando con las fuerzas armadas para lograr quitarle las capacidades a estos grupos dentro de las cárceles.
“Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas”, señaló Noboa en su primera intervención pública desde el estallido de esta crisis de inseguridad.
Con información de Ultimas Noticias