Champions League: El Real Madrid golea al Salzburgo 5-1 y apura sus opciones de estar en el ‘Top 8’

El Madrid golea al Salzburgo, se asegura la clasificación y luce a sus delanteros: dobletes de Rodrygo y Vinicius y gol de fe de Mbappé.

En uno de esos partidos que le sobrarían a la Superliga, el Madrid adecentó su imagen en la Champions y, de paso, amarró su clasificación para dieciseisavos. Fue un partido de mejores goles que fútbol, pero sencillo a partir del 1-0. El equipo, sin presumir, ha recuperado el estado de bienestar que perdió en Yeda y ahora se beneficia del efecto rebote que ha generado aquel desastre. Marcó Mbappé sin la luminosidad de los últimos choques; marcó Vinicius, otra vez muy emprendedor, y también hizo doblete Rodrygo, duende discontinuo, que a estas alturas ya debe saber que en clubes como el Madrid pesa más el adjetivo que sustantivo.

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En partidos así se corre el peligro de atropellarse, de anteponer golear a ganar, de apuntar al goal average antes de hacer diana en los puntos. Difícilmente veremos, salvo en situación extrema, un once tan afilado como el que presentó el italiano ante el Salzburgo: un centrocampista con llegada de lateral, dos pivotes que bien podrían jugar de mediapuntas y el cuarteto de cuerda al completo. La ocasión y el adversario merecían tirar la casa por la ventana. Otra cosa fue la actitud inicial, que no se correspondió con el estado de emergencia que decía la tabla: 22º puesto al inicio de la noche. El Madrid tuvo un aterrizaje gélido en el partido que castigó el Bernabéu con silbidos. La gente anda con la mosca tras la oreja después de la derrota en la Supercopa. Luego fue cargando la noche de alegría de goles ante un adversario novato y menor.

El Salzburgo es un equipo con acné, lleno de futbolistas que aún son proyectos, de talentos a medio hacer. Un club granja en la Champions, que es tierra de lobos, pero que se tomó el choque como una gran oportunidad de promocionarse, colectiva e individualmente. Se quedó, en el inicio, la pelota, el dominio y hasta el remate. El primero, de Gloukh, un israelí que va para primer espada, rozó el palo izquierdo de Courtois. Habitual mediapunta, Letsch le puso en la izquierda para reunir a su mejor atacante con el defensa que no lo es, Valverde. Un buen plan insostenible con una defensa demasiado tierna y un ataque con mejores intenciones que productividad.

De gol en gol

Se tragó un gol en la primera llegada del Madrid, con una cuarta parte del choque ya consumida, dato que refleja la calma con la que se lo tomó el equipo de Ancelotti. El tanto tuvo un punto de casual: Vinicius mandó un gran balón a Bellingham, cuyo mal control se convirtió en una asistencia a Rodrygo, que seguía el hilo de la jugada desde la derecha. El brasileño remató con más habilidad que potencia para ponerle lógica a un partido extraño hasta entonces.

Una vez más, el Madrid no tenía el juego, pero sí los jugadores. Sin mejorar ni en intensidad ni en sentido colectivo hizo casi de inmediato un segundo gol, de una belleza muy superior al partido. Rodrygo se fue esta vez a la izquierda, su paraíso prohibido, combinó con Bellingham, que le despejó el terreno de un taconazo, y colocó su tiro curvado con la derecha lejos de Blaswich. No hizo falta velocidad, bastó con un precisión extrema en pasador y rematador.

Fueron dos goles en el desierto, porque hasta el descanso no dejó más huella el campeón. Vinicius y Mbappé parecían haber perdido la sincronía. El descenso del brasileño coincidió con la crecida del francés, la tendencia inversa a los comienzos de temporada. Antes de desatarse, Vinicius limitó sus acometidas, un hecho insólito, y vio una amarilla por simular que le impedirá jugar en Brest. Esta vez su reacción fue entre leve y moderada. El arbitraje UEFA aguanta peor las protestas.

Bellingham no fue esta vez la locomotora de los últimos tiempos y a Ceballos le cuesta esa transición que le han pedido de virtuoso a armador. Ancelotti no encuentra una solución estable una vez desaparecido el centro histórico que lideraban Kroos y Modric junto a Casemiro.

El Salzburgo se rinde

El segundo tiempo trajo un tercer gol rápido, con más ética que estética. Mbappé persiguió una pelota más allá de lo razonable y tuvo premio: le limpió la pelota al meta Blaswich, que se aturulló en un regate absurdo, y empujó la pelota a la red. El Bernabéu saborea mucho estos goles de perseverancia. Más si los marca un futbolista que no vive precisamente de arrebatos. El partido y el Salzburgo quedaron definitivamente liquidados y, entonces sí, el Madrid puso todo su empeño en llenar la hucha. Antes de la hora de partido, Vinicius volvió a ser Vinicius, sentó a Dedic y Baidoo e hizo el cuarto, tanto muy de su catálogo. Luego se apuntó el quinto, tras un quiebro magnífico en carrera.

Entonces Ancelotti quiso aprovechar el partido hasta el hueso: le dio minutos a Alaba, con el que urge una puesta a punto; colocó a Asencio de lateral derecho, melón por calar; premió el compromiso de Brahim; sacó del armario a Arda Güler y Endrick, que siempre conviene no coleccionar olvidados, e hizo debutar al central Jacobo Ramón. El Salzburgo decidió entonces no quedar demasiado mal en el marcador. Letsch ordenó una defensa de cinco que cambió la perspectiva del equipo: empezó en el escaparate y acabó aculado en la trastienda, eso sí con un gol de honor, de Bidstrup. El Madrid ya está en dieciseisavos, primer tranquilizante. El segundo es asegurar el factor cancha y, si hay milagro, saltarse esa eliminatoria extra.

Cambios

Kamil Piatkowski (62′, Dorgeles Nene), Mamady Diambou (62′, Moussa Yeo), David Alaba (63′, Jude Bellingham), Arda Güler (63′, Dani Ceballos), Brahim Díaz (71′, Rodrygo), Endrick (71′, Kylian Mbappé), Jacobo Ramón (77′, Antonio Rüdiger), Lucas Gourna-Douath (81′, Oscar Gloukh), Takumu Kawamura (81′, Nicolás Capaldo), Petar Ratkov (87′, Adam Daghim)

Goles

1-0, 22′: Rodrygo, 2-0, 33′: Rodrygo, 3-0, 47′: Kylian Mbappe, 4-0, 54′: Vinicius Junior, 5-0, 76′: Vinicius Junior, 5-1, 84′: Mads Bidstrup

Tarjetas

Arbitro: Glenn Nyberg
Arbitro VAR: Dennis Higler, Pol van Boekel
Vinicius Junior (41′,Amarilla)

Hender «Vivo» González

Con información de Diario AS