El 9 de abril, en un escenario conmocionado por los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo lugar una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En su declaración de cierre, el bloque rechazó «la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional».
El texto no tuvo el apoyo de Argentina, Paraguay ni Nicaragua, cuyos presidentes no asistieron a la cita.
El Gobierno de Honduras, a cargo de la Presidencia pro tempore de la CELAC hasta este miércoles —cuando la traspasó a Colombia—, señaló que la declaración contaba con el «consenso suficiente» de 30 de los 33 Estados miembros del organismo.
«Argentina exige el respeto al principio de consenso en la Celac y denuncia la violación de procedimientos», indicó la Cancillería argentina en un comunicado, que subrayó además que Buenos Aires «deja constancia formal de que la denominada ‘Declaración de Tegucigalpa’ carece de validez y no puede ser considerada un documento oficial de la Celac».
El documento también fue rechazado por Nicaragua:
«Una declaración de esta cumbre debe referirse a las gravísimas consecuencias de las políticas arancelarias decretadas por los Estados Unidos contra el mundo, y acordar acciones y medidas comunes para enfrentar sus consecuencias», indicó el canciller nicaragüense, Valdrack Jaentschke, delegado en ese cónclave.

Información de: Agencias