La inteligencia artificial (IA) se utiliza cada vez más en la gestión de la información de salud para mejorar la precisión, la eficiencia y la velocidad de diversas tareas.
Desde el análisis de imágenes médicas hasta la identificación de patrones en los datos de los pacientes, la IA tiene el potencial de revolucionar la forma en que se brinda la atención médica.
Una de las ventajas de utilizar la IA en la atención médica es que ayuda a los médicos a realizar diagnósticos más precisos en menos tiempo. El error humano en los entornos de atención médica puede verse agravado por factores como la falta de antecedentes médicos y el gran número de casos.
Los algoritmos de inteligencia artificial pueden detectar y diagnosticar enfermedades con mayor rapidez y precisión que los profesionales humanos (suponiendo una calidad de datos sólida, de lo que hablaremos más adelante). Por ejemplo, un modelo de IA entrenado con aprendizaje profundo supera a 11 patólogos humanos en el diagnóstico del cáncer de mama (según se informó en 2017).
Con inteligencia artificial (IA) y socios colaborativos, PathAI puede proporcionar los diagnósticos más precisos y administrar las terapias más eficaces, lo que mejora drásticamente los resultados de los pacientes.
Utilizaron el aprendizaje automático para crear un algoritmo que hiciera una llamada o reconociera cuándo necesitaba orientación humana. En casos como la cardiomegalia, descubrieron que un modelo híbrido entre humanos e IA funcionaba un 8% mejor que cualquiera de los dos.
Este estudio demuestra que la IA aún no ha llegado a un punto en el que pueda reemplazar por completo a las personas, pero puede complementar los sistemas existentes para mejorar el rendimiento.
Carla Martínez / Con información de Postdicom