En Maracaibo comenzaron los hechos que desembocaron en Carabobo. El 28 de enero de 1821 la ciudad se pronuncia a favor de los patriotas y Rafael Urdaneta la ocupa; desde allí parte su ejército para asegurar la liberación de Coro y después se suma en Barquisimeto a la columna que se dirige a la batalla decisiva. En Carabobo se infringe una clara derrota a las tropas monárquicas, pero una división completa se refugia en Puerto Cabello.
Desde Cuba se incorporan refuerzos y una flota, con la que los realistas retoman Maracaibo. Allá se instala Morales, lugarteniente de Boves, como nuevo capitán general de Venezuela. Los imperios son tercos, las revoluciones no tienen fecha de término, y la lucha por la independencia fue (y sigue siendo), sin duda, una revolución.
Bolívar había partido hacia el Sur y espera ingresar a Perú, a pedido de presidente y su Congreso. Escribe entonces:
“No sé nada de ese maldito Morales. Eso me tiene desesperado, porque mi determinación está pendiente de los sucesos del norte [se refiere, por supuesto, a Venezuela]… ha venido una nueva comisión del Perú para instarme a tomar el mando de aquellas tropas. No sé qué responder, porque me tiene detenido la resolución del Congreso y las operaciones de Morales”.
Y continúa:
“… siempre Morales nos dará mucho qué hacer, porque yo no veo el conjunto que se necesita para una operación tan difícil como la de destruir en el golfo a un enemigo audaz y activo, aunque bruto y cobarde; porque hablando con verdad, si Morales no comete alguna falta, él prolongará la guerra por mucho tiempo…”
La contundente victoria en la Batalla Naval del Lago despejaría esas preocupaciones y abre el camino a Junín y Ayacucho. Morales capitula el 3 de agosto, bajo términos que enaltecen el humanismo de la revolución suramericana; con ello se despide el último “capitán general” de la ocupación europea. Días después se tomaría Puerto Cabello. La flota patriota estuvo dirigida por José Prudencio Padilla, pardo y nacido en Riohacha, oficial de Colombia, la república bolivariana que unía entonces a Nueva Granada y Venezuela.
Este 24 de julio, celebramos un bicentenario que huele a mar y lago, a unidad entre Colombia y Venezuela, a pueblo marabino. Es el día de la Armada venezolana y también el día de la Armada colombiana. Regalo de cumpleaños para el Libertador. Día de victoria.
Humberto González Silva
Información de: ÚN