Ateneo de Cabudare sirvió de anfitrión para conocer los Rostros del pasado Prehispánico de Palavecino

Como antesala a la divulgación del pasado prehispánico de Palavecino, el Ateneo de Cabudare organizó un conversatorio concerniente al tema, cuyas disertaciones estuvieron a cargo del antropólogo Félix Alberto Gil, el tsu. Joan Morón y el cronista parroquial de Agua Viva licenciado José Luis Sotillo; a objeto de ampliar los conocimientos de las culturas aborígenes que poblaron el hoy territorio palavecinense.

Dicha presentación, estuvo a cargo del Miguel Aguilar encargado de sala de la referida institución cultural, quién esbozo no solo la bienvenida al público asistente y al panel de invitados especiales; sino también recalco la necesidad de proseguir diversificando la información que manejan estos expertos y conocedores del comportamiento de las culturas prehispánicas asentadas al sur de la capital barquisimetana.

Entrante, Aguilar destacó “la importancia de conocer la importancia de nuestro patrimonio arqueológico por ser parte fundamental de la memoria e identidad inicial de los pueblos”. Abrazando la idea a que este tipo de eventos permitan, y sea el inicio de un gran trabajo de reconocimiento de nuestra historia y valores culturales; adelantadas por los ponentes presentes.

Iniciado las palabras de apertura, la primera exposición estuvo a cargo del cronista de Agua Viva José Sotillo del cual enumero los elementos dentro de su propia experiencia, le ha tocado palpar y cotejar en la realidad y en la documentación histórica; haciendo énfasis en la localización desde 1997 de yacimientos mortuorios, sitios de permanencia, petroglifos; entre otras realidades de las cuales sean topado entre la extensión de los valles del Turbio y en las serranías vecinas al parque nacional Terepaima. Además de aflorar recientemente el estudio hipotético del vocablo “Terepaima” de la cual está sujeto, o es derivativo a la flor de “Atapaima”; flor que abunda en todo el extremo norte de la geografía del parque nacional.

Joan Morón, describió sus andanzas en el extinto grupo de excursionismo que para 1992, formalizaron el primer avistamiento, incluso reportado gráficamente por esta misma casa editora; del llamado “petroglifo de Terepaima”; describiendo todas las vicisitudes que los llevaron a reencontrarse con este vestigio o monumento arqueológico que dice del lugar de influencia frecuentadas por las civilizaciones prehispánicas.

La culminación del conversatorio estuvo a cargo del antropólogo Félix Alberto Gil, teniendo en su versada exposición todo el complemento descriptivo de las culturas indígenas, que poblaron en gran medida el centro occidente de Venezuela. Manifestando los códigos o significados que poseen los petroglifos, incluyendo que en el caso de los hallados en Palavecino, además de poseer figuras geométricas un tanto curiosas, quizás su data se remonte a 3.000 años de antigüedad.

Finalmente parte de los asistentes elogiaron la óptica de cada uno de los ponentes invitados; incluso algunas organizaciones de connotación educativa asistente al conversatorio; se comprometieron en organizar otros similares encuentros en otras locaciones, incluso de allí surgió la necesidad de elaborar un micro por parte del ateneo y proyectarlo en los venideros meses del año entrante.

Información de: Nota de Prensa