Después de 1.286 días de injusto encarcelamiento, Alex Saab regresa en libertad a Venezuela. Sus primeras palabras, mientras sus brazos rodeaban a una de sus hijas menores, precisamente, serían una ratificación del “milagro de la libertad, de la justicia”.
“La vida es un milagro constante y hoy el milagro de la libertad, de la justicia, se ha hecho realidad”, puntualizó, al agradecer –visiblemente emocionado- la lucha incansable del presidente de la República, Nicolás Maduro, y de la primera combatiente y diputada de la Asamblea Nacional, Cilia Flores de Maduro, a quien describió como “el ángel de Venezuela”, así como los esfuerzos permanentes de la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, y del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, por su liberación.
Desde el Palacio de Miraflores, ubicado en Caracas, epicentro del reencuentro con su amigo, el Jefe de Estado, Nicolás Maduro, agradeció el respaldo recibido por el pueblo venezolano que –en masa- se movilizó para exigir el cese de la persecución en su contra. Justamente, al referirse a los venezolanos, subrayó que uno de sus mayores honores es servirles lealmente a los herederos del Libertador Simón Bolívar.
En su discurso, el diplomático venezolano Alex Saab aseveró, igualmente, sentirse orgulloso de servirle al gobierno de Nicolás Maduro, que ha demostrado en las más duras circunstancias ser “humano, leal, que no abandona y que –como yo- nunca se rinde”.
“¡Venceremos siempre!”, recalcó.
Antes de concluir su breve pronunciamiento, Saab honró a su familia, especialmente a su esposa, la defensora de Derechos Humanos, Camilla Fabri, por “mantenerme con vida estos tres años, por su lucha inquebrantable y su amor, mantuvo mi fuerza viva y a nuestra familia unida”.
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