Tiroteo en el centro de la ciudad neozelandesa de Auckland, se saldó con tres muertos -entre ellos el atacante- y seis heridos, ensombreció el inicio del Mundial de fútbol femenino que ha comenzado este jueves en Nueva Zelanda y Australia
Ante los temores en torno a la seguridad de este torneo de la FIFA, tanto el primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, como la Policía del país oceánico aseguraron que se encontraron de un incidente aislado sin motivaciones terroristas, y que además, no supone un problema a la seguridad nacional.
“La gente debe sentirse segura en Auckland y de acudir al evento de la FIFA” declaró Hipkins en rueda de prensa a pocas horas del partido inaugural en esta ciudad entre las anfitrionas y Noruega.
Hipkins aseguró antes a los medios que pudo hablar “brevemente” con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para remarcar la seguridad de “todos los preparativos” para que la cita mundialista “siga adelante”.
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Agresor con problemas mentales
El tiroteo se produjo a las 7.23 de la mañana hora local (19.23 GMT del miércoles) en una obra en el centro de Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, ya unos cinco minutos a pie del hotel donde se concentra la selección de Noruega.
Las autoridades confirmaron que en este incidente murieron tres personas, incluido el asaltante.
También resultaron heridas seis personas, tres de ellas de gravedad, por lo que no se descarta que se incremente el número de víctimas mortales.
Según el recuento policial, el atacante entró en un edificio y abrió fuego con una escopeta contra varias personas hasta que intervino un escuadrón policial con el que intercambió disparos, hiriendo a uno de los agentes.
El atacante, de 24 años y que no fue identificado por la Policía, murió durante el enfrentamiento, aunque en circunstancias que no han sido esclarecidas.
El comisionado de la Policía de Nueva Zelanda, Andrew Coster, explicó hoy que el agresor había sido condenado a arresto domiciliario, aunque con una excepción para trabajar en la obra donde cometió el ataque.
Se cree que las motivaciones del atacante, quien tenía antecedentes de violencia doméstica y problemas de salud mental, están vinculados a asuntos laborales.
Las leyes contra las armas
Nueva Zelanda, un país generalmente tranquilo que aguantó sus leyes sobre las tenencias de armas tras el ataque supremacista de 2019 en el que murieron 51 musulmanes en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, ha quedado conmocionada por este incidente que ha empañado su fiesta deportiva.
“Una de las primeras cosas que tenemos que preguntarnos es cómo el asaltante forzó un arma”, declaró hoy Hipkins, al anunciar una “amplia revisión” de los posibles fallos de seguridad en torno al ataque perpetrado por este hombre, quien sacó un arma, cuyo uso es legal en Nueva Zelanda, sin tener un permiso para portarla.
Con información de EFE.