La familia del soldado raso del Ejército de Estados Unidos que cruzó corriendo la frontera hacia Corea del Norte dijo el miércoles que pudo haberse sentido abrumado por los problemas legales que enfrentaba y su posible baja de las fuerzas armadas.
Sus familiares describieron a Travis King, de 23 años, como una persona solitaria y tranquila, que no bebía ni fumaba y le gustaba leer la Biblia. Después de crecer en el sureste de Wisconsin, le emocionaba servir a su país en Corea del Sur.
Ahora, su familia tiene problemas para entender qué fue lo que cambió antes de que huyera hacia un país con un largo historial de mantener a estadounidenses cautivos y utilizarlos como monedas de cambio.
“No me lo imagino haciendo eso intencionalmente en su sano juicio”, dijo el abuelo materno de King, Carl Gates, en una entrevista con The Associated Press desde su casa en Kenosha, Wisconsin. “Travis es un buen chico. No haría nada para lastimar a nadie. Y no me lo imagino tratando de lastimarse a sí mismo”.
El regreso de King a Estados Unidos estaba previsto para esta semana para enfrentar disciplina militar luego de permanecer dos meses recluido en una prisión en Corea del Sur por cargos de agresión. Pero en lugar de tomar un avión el lunes con destino a Texas, tal como estaba planeado, King se escabulló y disimuladamente se sumó la mañana del martes a un grupo de turistas civiles que se dirigían a la zona desmilitarizada que separa a Corea del Norte de Corea del Sur.
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Incluso con sus problemas legales, los familiares de King dijeron que no se pueden explicar su conducta.
Myron Gates, tío de King, se preguntó si su sobrino experimentaba algún problema mental.
Con información de Agencias