El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) afirma en entrevista con EFE que el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio fue un «complot» de la derecha para perjudicar a la aspirante del correísmo, Luisa González, y, además, no descarta presentarse de nuevo a las elecciones.
«Es evidente que es un complot, que está implicada la policía. ¿Y a quién beneficia este complot? A la derecha política ecuatoriana porque necesitaban una hecatombe política así, culparnos a nosotros para impedir que ganáramos en una sola vuelta», asevera el exmandatario en Ciudad de México.
Correa opina que el asesinato hace una semana de Villavicencio, quien fue uno de los mayores detractores de su Gobierno y denunció varios casos de supuesta corrupción, «cambió toda la realidad y pateó el tablero electoral» rumbo a la primera vuelta de la elección presidencial, que será el próximo domingo.
«Solo una hecatombe política podía impedir nuestro triunfo en una sola vuelta y esa hecatombe fue el asesinato brutal de un adversario acérrimo nuestro, Fernando Villavicencio. Estaba en cuarto o quinto lugar (en las encuestas). Entonces les servía más muerto que vivo», añade.
Aunque hay seis presuntos sicarios colombianos detenidos por el magnicidio, Correa señala el presunto rol de Fausto Salinas, comandante general de la Policía Nacional, y de Patricio Carillo, exministro del Interior (2022) y ahora candidato a legislador.
Incluso, los vincula con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
«Siempre se dijo que Villavicencio era informante de la CIA y cuando sube demasiado de perfil con estos informantes, cuando ya se le desborda sus ambiciones y quiere ser presidente, es un estorbo también para la CIA», apunta.
El exmandatario asegura que al candidato lo «llevaron a una trampa mortal para que lo acribillen a balazos y lo entregaron a los asesinos» al argumentar que los videos muestran que, justo antes del ataque en Quito, lo suben a un coche que no es el suyo, que no estaba blindado y, según el expresidente, sin conductor.
Con información de El Universal