«La oración es la fuerza de paz que rompe la espiral del odio, quiebra el círculo de la venganza y abre caminos inesperados de reconciliación». También este domingo, al final del Ángelus desde la capilla de la Casa Santa Marta, Francisco reza por «todos los pueblos desgarrados por los conflictos».
Que sean liberados todos los rehenes y entre ayuda humanitaria
El Papa exhorta a los fieles que le escuchan por videoconferencia desde la Plaza de San Pedro y desde todo el mundo a seguir rezando por la paz sin cansarse. Especialmente las palabras del Obispo de Roma, leídas por monseñor Paolo Braida, jefe de la oficina de la Secretaría de Estado, expresan alivio por la tregua en Oriente Medio:
Hoy damos gracias a Dios porque finalmente hay una tregua entre Israel y Palestina y algunos rehenes han sido liberados. Recemos para que todos ellos sean liberados lo antes posible -¡pensemos en sus familias! -, que entre más ayuda humanitaria en Gaza y que se insista en el diálogo: es la única vía, la única manera de tener paz. Quien no quiere diálogo no quiere paz.
El sufrimiento del pueblo ucraniano
La mirada del Papa se dirige también a la martirizada Ucrania, que ayer «conmemoró el Holodomor, el genocidio perpetrado por el régimen soviético que, hace 90 años, causó la muerte por inanición de millones de personas».
Esa herida lacerante, en lugar de cicatrizar, se hace aún más dolorosa por las atrocidades de la guerra que sigue haciendo sufrir a ese querido pueblo.
Información de: Nota de Prensa