¿Quiénes son y cómo viven los descendientes de Napoleón?
Tres pretendientes se disputarían el desaparecido trono de Francia: Luis Alfonso de Borbón – hijo de Alfonso de Borbón, duque de Cádiz, y Carmen Martínez-Bordiú, y bisnieto del dictador Francisco Franco- es el pretendiente legitimista de la Casa de Borbón al trono francés; mientras que Juan de Orleans, conde de París, está al frente de la Casa de Orleans; y Juan Cristóbal Napoleón, el príncipe Napoleón, es el pretendiente imperialista de la Casa de Bonaparte o Casa Imperial de Francia.
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De los tres, el menos conocido es Juan Cristóbal Napoleón, orgulloso descendiente del emperador. Hace unos días fue noticia cuando a su prometida, la condesa Olympia von Arco-Zinneberg, le robaron en París el anillo de compromiso, valorado en un millón de dólares.
El anillo, que fue recuperado días después por la policía, tiene un gran valor histórico y familiar, ya que el diamante de 40 quilates que lleva formó parte de una diadema que perteneció a la emperatriz Eugenia (Eugenia de Montijo), esposa del emperador francés Napoleón III.
Príncipe Napoleón
El príncipe Napoleón, de 32 años de edad, puede presumir de tener en su árbol genealógico a Napoleón I Bonaparte (1769-1821), emperador de los franceses; a José I Bonaparte (1768-1844), rey de España (conocido despectivamente por los españoles como Pepe Botella); y a Napoleón III (1808-1873), presidente de la Segunda República y último emperador francés.
Juan Cristóbal Napoleón es descendiente directo de Jerónimo I Bonaparte (1784-1860), rey de Westfalia y hermano menor del emperador Napoleón Bonaparte. El príncipe Napoleón es hijo de Carlos Napoleón, y de su primera esposa, Beatriz de Borbón-Dos Sicilias. Por parte de padre, Juan Cristóbal es heredero de los Bonaparte y, por parte de madre, descendiente de Luis XIV de Francia, el Rey Sol.
Su abuelo paterno, el príncipe Luis Napoleón (1914-1997), desheredó a su padre, Carlos Napoleón, de su título. El abuelo, anclado en valores ultra tradicionales, no aceptó que Carlos se divorciara para casarse con una corsa. También le reprochaba sus ideas políticas. Cuando murió en 1997, el abuelo dejó escrito en su testamento que su nieto Juan Cristóbal Napoleón sería su sucesor al frente de la Casa de Bonaparte. Juan Cristóbal se convertiría así a los 11 años en uno de los tres pretendientes al trono de Francia. Si reinara, llevaría el nombre de Napoleón VII.
Su padre, Carlos Napoleón, de 69 años, es político, economista y autor de libros de historia sobre Napoleón Bonaparte y otros familiares. Fue bautizado por el cardenal Angelo Giuseppe Roncalli, quien se convertirá en el Papa Juan XXIII.
Se crió en un elegante apartamento de tres pisos en París, rodeado de muebles de época, vajillas de porcelana de Sèvres, coches de lujo, obras de arte y objetos de un gran valor histórico. La familia también tenía una casa a orillas del lago Lemán en Suiza.
Pero Carlos, que tuvo una vida de príncipe en la Francia de los años 50, fue un joven rebelde. La revista Paris Match lo considera «el electrón libre» de la familia. Republicano desde que era joven, en mayo del 68, decidió vivir la vida. Se doctoró en económicas y se puso a trabajar. Coqueteó con la política, donde defendió las ideas socialdemócratas.
Su hijo, Juan Cristobal Napoleón, estudió en la prestigiosa escuela de comercio HEC de París y en la universidad de Harvard. Su título de príncipe Napoleón no tiene ningún valor jurídico pero impresiona a los nostálgicos y a los amantes de la historia cuando ven su tarjeta de visita o su página de LinkedIn. Actualmente trabaja en un banco de inversiones en Londres (Reino Unido). Habla español, inglés y francés. Y está a punto de casarse con la condesa Olympia von Arco-Zinneberg.
El príncipe Napoleón es muy discreto. No suele salir en la prensa del corazón. En 2015, asistió al bicentenario de la batalla de Waterloo, pese a ser la batalla que acabó con Napoleón. Suele acudir el 5 de mayo en Los Inválidos en París a la ceremonia en homenaje al emperador y a los soldados muertos por Francia.
Agencias