El descenso del nivel de las aguas del canal de Panamá está perturbando el comercio mundial al obligar a los transportistas a tomar rutas más largas y pagar fletes más caros.
La grave sequía ha provocado la falta de agua necesaria para que las esclusas funcionen correctamente, por lo que la Autoridad del Canal de Panamá ha restringido el tránsito de buques este otoño. Actualmente, solo se permiten 22 tránsitos diarios, frente a los 35 en condiciones normales. En febrero, ese número se reducirá a 18 al día.
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Las plazas de reserva disponibles se ponen a subasta, pero alcanzan precios astronómicos, de hasta un millón de dólares, debido a la demanda excepcionalmente alta. Además, la Autoridad del Canal se las ofrece primero a sus clientes principales.
Como consecuencia, se forma una larga cola, al final de la cual suele haber buques que transportan cosechas de cereales, incapaces de reservar plaza con antelación debido a la irregularidad de sus calendarios.
Para evitar una espera de hasta tres semanas para cruzar el canal, algunos buques que transportan cosechas de América a Asia utilizan rutas más largas, lo que resulta mucho más caro. Los mayores costes de transporte amenazan con reducir la demanda mundial de los proveedores estadounidenses de maíz y soja, que ya han cedido cuota de mercado a Brasil en los últimos años, según la agencia.
Los analistas señalaron que las restricciones podrían seguir obstaculizando los envíos de grano hasta 2024, cuando la estación húmeda de la región podría empezar a llenar los embalses y normalizar los envíos en abril o mayo.
Con información de: EU