Venezuela cuenta con un modelo de democracia participativa y protagónica, basado en la intervención popular en debates y elecciones. Pero también es menester considerar que ese paradigma se afianza en las características de su sistema electoral.
Luego de la instauración del Poder Electoral como quinto mando público basado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999 -junto a los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Moral- nuestro país ha sido pionero en el desarrollo de la tecnología en los procesos electorales del siglo XXI.
De hecho, en 2004, Venezuela se convirtió en la primera nación del mundo en realizar una elección nacional con máquinas que imprimen el comprobante del voto, lo que se tradujo en un proceso que generó transparencia y confianza para el electorado.
Este proceso, determinó ese año la escogencia de 337 alcaldes municipales, 23 gobernadores de estado, 229 diputados de los consejos legislativos estadales, 13 concejales del cabildo metropolitano de Caracas y 7 miembros del cabildo distrital gracias a la instalación de 23.595 máquinas de votación, en 5.349 centros automatizados, lo que permitió la escogencia en general de 609 representantes entre 7.753 candidatos.
Innovación en tecnología. En el año 2012, en ocasión de comicios presidenciales, Venezuela volvió a marcar la pauta, cuando realizó la primera elección nacional con autenticación biométrica del elector y la posterior activación de las máquinas de votación.
De esta manera, el método de votación venezolano se fortaleció con la entrada del Sistema de Autenticación Integral (SAI), última fase de la automatización, que permitió al elector activar la máquina con su impresión dactilar, lo cual representa una garantía más para la integridad del voto.
Para ese desarrollo en 2012, el Consejo Nacional Electoral declaró que el proceso fue exitoso y transcurrió con normalidad, destacando que el mecanismo de votación duró entre 1 minuto 5 segundos y un 1 minuto 30 segundos en promedio por elector. El proceso fue acompañado por observadores nacionales e internacionales con acreditación y contó con la participación de 15.160.289 de venezolanos.
Enfrentar a la mediática. Cuando estamos a las puertas de un nuevo proceso electoral -el trigésimo primero en 25 años de Revolución- no es de extrañar que aparezcan actores políticos, nacionales y extranjeros que intenten deslegitimar el sistema electoral y cuestionar sus resultados, a pesar que, estos polinizadores, participan con frecuencia en los eventos electorales obteniendo victorias y derrotas.
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Como es lógico, en una democracia, esta situación debe ser aceptada por las partes colocadas en la escena política, pero sólo reconocen los eventos eleccionarios cuando los resultados les son favorables.
Estos ataques intentan ocultar la realidad de una dinámica política, protagónica y participativa por la que los venezolanos expresan su voluntad a través de un sistema electoral seguro y transparente.
El primer enfoque que se busca desplegar para descalificar al Poder Electoral generalmente va dirigido hacia el Consejo Nacional Electoral, cuestión que no tiene basamento por cuanto en Venezuela las elecciones no son organizadas por oficinas ministeriales o dependientes del gobierno, sino por un poder autónomo, cuyas facultades están claramente establecidas en la Constitución.
A diferencias de otros países como Estados Unidos, de cuyas últimas elecciones aun se desconocen resultados definitivos en algunos de sus Estados así como de naciones provenientes de la Unión Europea, en Venezuela, en cambio, el ejercicio independiente e imparcial del CNE se demuestra en los resultados de diferentes procesos electorales que le han dado el triunfo tanto a organizaciones políticas progubernamentales, como a organizaciones opositoras.
Más aún, la protección de los resultados electorales por parte del CNE ha garantizado, por ejemplo, el triunfo de candidatos en algunas elecciones por apenas unos votos, como sucedió en la última elección de gobernadores y alcaldes del 9 de enero de 2022 , cuando Sergio Garrido, del partido opositor Acción Democrática, obtuvo la mayoría en cuanto a los votos.
Igualmente, uno de los mitos que se ha reiterado en los últimos años es la presunta poca información sobre las jornadas del Registro Electoral con el supuesto interés de impedir que los nuevos votantes puedan inscribirse.
La difusión informativa del CNE se inicia desde el mismo momento en que el ente hace público el cronograma electoral -que se aprueba para cada elección- y en el que se puede precisar cuáles son las actividades y en qué fecha se realizarán, incluyendo las jornadas especiales del Registro Electoral.
La publicación del cronograma es del conocimiento de los partidos políticos y de toda la ciudadanía, situación que para este 2024, año electoral según dicta la constitución y las leyes, se dará a conocer tan pronto sea determinada.
Usurpación de votantes
Existe una matriz según la cual puede haber un acuerdo delictivo entre todos los miembros de una mesa electoral para ingresar votos en una máquina sin la presencia de un elector o que un elector pueda votar más de una vez.
Esta aseveración resulta incoherente dado que el funcionamiento de la mesa de votación es la expresión más dinámica de un sistema de vigilancia compartida.
Para que se pueda votar sin la presencia del elector o la electora, es necesario que las partes enfrentadas en la elección se pongan de acuerdo para violar la norma a favor de solo uno de ellos y que los miembros de mesa y hasta los trabajadores del CNE participen del delito.
Lo más absurdo es que esta supuesta muestra de fraude obvia la realidad de que en Venezuela, para poder desbloquear la máquina y ejercer el voto, se requiere la identificación biométrica, lo que hace prácticamente imposible la usurpación de identidad.
Con la identificación por la vía de la huella dactilar, se garantiza el principio de un elector.
Cualquier cambio sería rápidamente detectado por las organizaciones políticas participantes, pues cuentan con copia de las actas de escrutinio de todas y cada una de las mesas de votación y, además, participan en las auditorías que se hacen al sistema de totalización de resultados y a los medios de transmisión, antes y después de la elección.
El fraude es imposible
El Sistema Electoral Venezolano representa garantía para la integridad del voto. El ciudadano tiene la certeza de que su voto es inviolable, dado que el sistema no permite el registro de votos sin la presencia del elector.
El manejo del voto es hecho únicamente por el elector. Al terminar el proceso de votación, la totalización es inmediata, lo cual garantiza rapidez en los resultados oficiales.
Los resultados oficiales son exactos y rápidos. Posibilidad de auditar la data en cualquier momento. Mecanismo de cifrado y compresión para proteger los datos electorales. Seguridad en la red de transmisión. Respaldo en cuanto a la energía eléctrica.
Por ello, fraude es imposible.
Con información de: UN