Tanto nutricionistas como preparadores físicos recomiendan comer frutos secos antes y después de entrenar, por lo que deberían formar parte de la dieta de cualquier deportista.
No solo aportan energía, sino nutrientes como proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales, fibra y ácidos grasos esenciales. Estos últimos tienen la particularidad de que nuestro organismo no puede producirlos, así que necesita adquirirlos mediante la alimentación.
Dentro de la variedad de frutos secos que encontramos en el mercado, no se puede decir que unos sean mejores que otros. La elección va a depender del gusto personal y las necesidades nutricionales de cada uno. Lo que sí se aconseja es consumirlos naturales o tostados y evitar comprarlos fritos, salados o endulzados, ya que introduciríamos un exceso de sal y azúcar en la dieta desaprovechando gran parte de las propiedades que aportan.
Leer también: Producción de palma aceitera cubre el 30% del consumo nacional
Por otro lado, los nutricionistas recomiendan consumir una cantidad diaria (o como mínimo tres veces a la semana) de unos 30 gramos si se realiza ejercicio moderado. De esa manera no se corre el riesgo de excederse del número total de calorías diarias. En cambio, si el entrenamiento es intenso, la cantidad de frutos secos se puede aumentar a 50-60 gramos para adquirir el extra de energía que esa clase de esfuerzo requiere.
Carla Martínez / Con información de NotiTarde