El Glioblastoma Multiforme en las funciones neurológicas y su efecto en el núcleo familiar

El GBM es un tipo de tumor del sistema nervioso central que se caracteriza principalmente por presentar un crecimiento rápido, el cual se forma a partir del tejido glial (de sostén) del encéfalo y la médula espinal. Con respecto a su incidencia se puede decir que es más común en personas de la tercera edad y que afecta con mayor frecuencia el encéfalo que la médula espinal. También se llama astrocitoma de grado IV, GBM, glioblastoma, glioma multiforme y neuro glioblastoma.

Al respecto de la incidencia de este tumor, la OMS establece que representan los tumores cerebrales más frecuentes en adultos, con una incidencia anual de alrededor de 1/33.330 y su prevalencia se estima en 1/100.000. En lo referente a su etiología, se puede decir que es bastante inconclusa, pues se habla de anomalías genéticas detectadas (amplificación del gen EGFR (7p12), mutaciones en el gen TP53 (17p13.1), pérdida del cromosoma 10) entre otros; lo cierto del caso es que entre la clínica más común se tiene hipertensión intracraneal e incluyen cefalea y vómitos, que suelen asociarse con cambios conductuales o déficits neurológicos focales.

Normalmente su método diagnóstico es la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TAC), al respecto, se realizó un trabajo de investigación en diciembre del año 2023, de tipo descriptivo, cuya muestra estuvo conformada por neurocirujanos que trabajan en el Hospital de Coche, Hospital Universitario y Clínica Atias – Caracas y a familiares de pacientes con la patología GBM, para obtener la información, se aplicaron dos guías de entrevistas (una para los neurocirujanos y una para los familiares del paciente). Una vez organizados los datos se obtuvo que los especialistas estuvieron de acuerdo en que éste es el tumor más común y maligno de las neoplasias de la glía que ataca al SNC, destacan además que las señales indicativas de la presencia de este tumor pueden variar de acuerdo a la localización del tumor, tomando en cuenta las características propias de cada paciente y su salud en general. Tomando en cuenta las cifras actuales ya no solo se presenta mayormente en hombres de 60 años en adelante, ya que también ha sido diagnosticado en pacientes más jóvenes y de sexo femenino.

Los pacientes tomados como muestra expresaron que esta enfermedad les cambió la vida drásticamente en un abrir y cerrar de ojos, así como también se logró demostrar que afecta notablemente a los familiares de estos pacientes, ya que como bien se sabe el pronóstico es desfavorable, especialmente en ausencia de resección total macroscópica, en pacientes de edad avanzada y en caso de déficits neurológicos graves.

El tratamiento de primera línea suele ser la cirugía, ya sea para confirmar el diagnóstico con una biopsia o para extirpar la mayor cantidad de tumor posible. La resección completa rara vez es factible, ya que las células tumorales generalmente se infiltran en el cerebro circundante. Posteriormente se completa el tratamiento con radioterapia dirigida al lecho tumoral, combinada con quimioterapia. Todo esto con la finalidad de brindarle mayor esperanza de vida, y mejor calidad de vida a los pacientes que padecen de esta patología, entendiendo que es un proceso largo, desgastante y con un pronóstico poco favorable.

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Franyeli Nazareth Vargas Pestana – Médico Cirujano