Trabajadores con trajes de bioseguridad retiran bolsas negras de un contenedor en la sede forense de Guayaquil, donde un fuerte olor a putrefacción inunda desde hace días esta zona de la ciudad, epicentro de la violencia vinculada al narco en Ecuador.
«Fumo para aliviar el olor», dijo a la agencia de noticias AFP un hombre que pide no ser identificado mientras avienta una bocanada de humo. Espera el cuerpo de un familiar en medio del insoportable calor en el principal puerto del país, donde aumentan cada vez más los cuerpos no identificados.
Vecinos y algunos familiares que se acercan a buscar los restos de sus seres queridos empezaron a sentir el olor a putrefacción hace unos días.
Sin datos oficiales, reportes de prensa señalan que en el centro del Servicio Nacional de Medicina Legal hay más de 200 cadáveres sin identificar o cuyos familiares no han ido a retirar en meses.
Las autoridades reconocieron el martes que «debido al incremento de la violencia criminal en el país existe un mayor número de cadáveres NN», es decir no identificados, en los centros forenses de Guayaquil, donde operan las principales bandas aliadas con carteles del narcotráfico extranjeros.
Además del aumento en la cantidad de cuerpos, «dos contenedores refrigerados» de la morgue han sufrido daños, añadieron.
En las imágenes obtenidas por la AFP el jueves, se puede ver a forenses moviendo cadáveres de un contenedor. Los introducen en ataúdes y los cargan en autos fúnebres.
Pedazos
Citando a funcionarios de la morgue bajo anonimato, la prensa asegura que pedazos de cuerpos humanos se habían salido de las bolsas.
Medicina Legal se limitó a decir a la AFP que las autoridades estaban reunidas para analizar la situación.
La Gobernación de la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, aseguró que se había «logrado resolver» el «inconveniente suscitado» en los últimos días, sin especificar el problema.
Algunos familiares peregrinan un día tras otro intentando recuperar los restos de sus allegados. «Hay bastantes personas que necesitan sacar (los cuerpos), gente que viene de lejos» para buscarlos, dice a la AFP un hombre de 57 años que pide ser llamado Mena.
A este centro forense llegan los cuerpos de las víctimas de muertes violentas de Guayaquil y la vecina Durán, ciudades sacudidas en los últimos años por las mafias que exportan, desde el puerto, cocaína hacia Norteamérica y Europa.
Ecuador alcanzó su récord de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, frente a los 6 por cada 100.000 registrados en 2018.
En el país se reportaron alrededor de 1.900 homicidios en los primeros cuatro meses del año. Mientras que en todo 2023 fueron 8.004.
Ante la creciente violencia y la fuga de un peligroso criminal, el presidente Daniel Noboa declaró en enero un conflicto armado interno, lo que le permite desplegar a militares en calles y cárceles para mantener el orden.
Mascarillas
Esto lleva así «unos tres o cuatro días», comenta un vendedor de ataúdes que se acercó al lugar.
No es la primera vez que la cantidad de cadáveres desborda la capacidad de la morgue. Durante la pandemia de Covid-19, los muertos se apilaron incluso en contenedores de los que escurrían fluidos de los cuerpos en descomposición. En esa ocasión 216 cuerpos estuvieron sin identificación y perdidos por meses.
Esta vez la situación es igual de preocupante, pero a eso se suma el miedo que impera en la ciudad ante el nivel de violencia, que ha llegado a un punto tan alto que aparecen cuerpos acribillados, desmembrados o colgando de puentes.
El vendedor de ataúdes intenta evadir el fétido olor con una mascarilla. Afuera de la morgue, la demanda de tapabocas está disparada por los familiares y transeúntes que no pueden evitar hacer gestos de desagrado.
Oriana Lorenzo con información de GV